El artista saladillense Leo Yovanovich retomó las clases de tango adaptándolas a los protocolos vigentes, manteniendo los cuidados correspondientes, para grupos con cupos limitados y sin restricciones de edad o género. Los sábados en CESTEL –Sarmiento 3177-, en la franja horaria de 17:00 a 21:00, Yovanovich dictará las clases de baile del género que, tal como sostiene, “es un sentimiento que se baila”.
“Comenzamos con las clases de tango luego de más de un año de pausa; lo hacemos con muchas ganas, mucha fuerza, ya que es algo que estábamos necesitando tanto yo como parte de la comunidad que ya asiste a las clases, y por suerte les ha encantado. El sábado pasado fue el primer encuentro con diferentes grupos”, comenzó expresando Leo.
El artista contó que las clases son para personas de 14 años en adelante: “La edad es algo cronológico, muy relativo de acuerdo a las personas. Lo único que tienen que tener es ganas, suficiente para ir a las clases”, aunque también incorporará para los más pequeños, de 6 a 13 años: “Es para cualquier género, no importa cuál, lo que importa es que tenga ganas e inquietud de conocer”.
“Las clases son de manera presenciales, y están diagramadas para que las realicen grupos reducidos, ya que hay un límite para que se puedan tomar las clases. En este momento cuento con tres grupos: uno de jóvenes/adolescentes, otros de adultos con sus parejas, y otro con adultos sin parejas”, expresó Yovanovich, quien además sumó que “entremedio de cada grupo hay una desinfección para que el grupo siguiente esté cuidado”.
Al consultar por los protocolos vigentes, Leo respondió: “Las clases se adaptan a lo que estamos acostumbrados, con lo que venimos conviviendo día a día: uso de tapabocas o barbijos, sanitización de cada uno que ingresa al espacio, espacios ventilados y distanciamiento. Hay una declaración jurada que cada persona deberá llenar antes del comienzo de las clases, dejando además sus datos”.
Por último, el artista afirmó que “cualquier persona puede bailar tango. Lo importante de querer aprender este género tan lindo que nos representa mundialmente, es tener las ganas y deseos de conocer de qué se trata, de saber cómo se baila; sus orígenes, formas. Luego cada uno lo adapta pasándolo por su cuerpo, por sus sentimientos; la unión de todo eso comprende el bailar tango”.
“Siempre reafirmo ese dicho popular que se escucha de que el tango es un sentimiento que se baila. Con el pasar de los años y mi formación, lo fui entendiendo. El tango son sentimientos, son emociones que van pasando por el cuerpo; y que junto con otro se genera una fusión que se traslada a los pies. Ahí comienza el baile”, cerró Leo.