Marcelo Lenz es un médico oriundo de Saladillo especializado en trasplante hepático y cirugía hepatobiliopancreática. Lleva cerca de 7 años integrando el equipo del Hospital Público El Cruce, que cuenta con uno de los programas de trasplante hepático más competitivos del país, realizando 8 trasplantes durante la pandemia por Coronavirus Covid-19.
En exclusiva con ABC, Lenz cuenta las dificultades de la ablación en esta contingencia, remarca la importancia de la salud pública y admite que la donación voluntaria de órganos es “un acto muy lindo que puede llegar a tener una familia pudiendo ayudar a no menos de seis personas que necesitan de sus órganos para seguir viviendo”.
Lenz estudió en la Universidad Nacional de La Plata y se especializó en el Hospital Naval de Buenos Aires con la jefatura e instructorado en cirugía, y con subespecialidad en el Hospital Italiano. Integra desde hace 7 años el equipo que lidera el doctor Juan Matera y contó: “Trabajamos con donantes cadavéricos: cuando se les diagnostican la muerte encefálica, automáticamente se realiza la denuncia de potencial donante, empieza la intervención del ente regulador del INCUCAI, y comienzan a adquirirse los órganos para la donación”.
En esta oportunidad, según contó Lenz, el operativo fue por un trasplante hepático en el que tanto el donante como el receptor eran Covid negativos: “Nosotros no podemos disponer de un órgano de un donante Covid positivo. La logística es sumamente compleja, porque uno no sólo tiene que diagnosticar la muerte encefálica, procurar los órganos y generar el mantenimiento de ese donante, sino también indagar y realizar la pesquisa de si es Covid positivo o negativo”.
A propósito de cómo se reestructuraron los trasplantes, Lenz contó: “Una vez que empezó a gestarse la pandemia, tuvimos que cambiar el paradigma y la logística de la trasplantología argentina, porque tenemos que tener en cuenta que los equipos que ablacionan tienen que ir a centros en los que no sabemos cuál es la situación, además de ver la condición clínica de los donantes, para ver si son Covid positivos o Covid negativos”.
“El equipo que sale a ablacionar, cuando es en otra institución, van con todos los equipos de protección personal. Dentro del protocolo, tenemos ya lo determinado: si el receptor nuestro es Covid negativo, se desarrolla con normalidad; si tenemos sospechas, tomamos todos los recaudos para este tipo de procedimientos”, agregó Lenz, dejando en claro que el donante no puede ser Covid positivo. Si el receptor lo es, “automáticamente se suspende, salvo que sea una emergencia”.
Acerca de los números de trasplantes realizados, Lenz contó que “han bajado, por una situación más que obvia ya que solamente lo tenemos reservados a pacientes gravemente enfermos o emergencias. La procuración en líneas generales se sigue manteniendo pero bajo otras características. Si uno hace un recuento general en estos últimos dos meses, claramente ha bajado el número”.
En cuanto a las demás cirugías hepatobiliopancreáticas, Lenz contó: “Las cirugías programadas que no son de urgencia, de resolución pronta, la estamos tratando de diferir para no exponer a nuestros pacientes a que se contagien por la circulación comunitaria del virus”.
Lo que no es un dato menor es que este equipo especializado en trasplantes hepáticos es uno de los pocos que trabaja en el ámbito de lo público, en el Hospital El Cruce de Florencio Varela –zona sur del Conurbano Bonaerense-: “Es un hospital de alta complejidad en red. Hoy somos el centro que más trasplantes hepáticos cadavéricos en adulto ha realizado en los últimos 6 años en el país. Hoy, la salud pública está en la punta de todo. El hospital público es accesible para todos, para los que tienen cobertura y los que no. En el hospital se garantiza que todos tengan acceso de manera igualitaria”.
En cuanto a lo que significa trabajar en un hospital público con cirugías y trasplantes de este tipo, Lenz contó que “es un esfuerzo aún mayor dada las complejidades del procedimiento de realizar un trasplante de hígado. Para nosotros, realmente, es un orgullo”.
Si bien el acceso a un trasplante es por ley para todo el mundo, “dentro del ámbito público, para aquellas personas más vulnerables que no tienen cobertura, tener un hospital que le pueda garantizar todo este tipo de atención, es realmente una gran ventaja. Hoy en día la gran mayoría de los equipos de los programas de trasplante de hígado están nucleados dentro de la esfera privada, somos muy pocos que trabajamos en lo público. Por eso nos enorgullece mucho”, cuenta Lenz.
Luego, el doctor saladillense cuenta cómo seguirá el trabajo del equipo de El Cruce: “Nosotros en este momento tenemos una lista de espera muy grande, dependemos mucho de la donación. En la medida que se puedan generar los donantes y tengamos un receptor que realmente lo amerite y necesite, estamos a disposición para salir corriendo y ayudarlos”.
Por último, Marcelo Lenz remarcó la importancia de la donación voluntaria de órganos: “El INCUCAI es un ente sumamente trasparente y confiable, toda la información está al alcance de todo el mundo. Esto es simplemente cultural: la gente tiene que entender que la donación a través de la muerte -lamentablemente- de un ser querido, es un acto muy lindo que puede llegar a tener una familia pudiendo ayudar a no menos de seis personas que necesitan de sus órganos para seguir viviendo. Ha mejorado muchísimo últimamente gracias a la Ley Justina, pero hay que seguir mejorando”.