Fue quien interpretó mejor el momento histórico y se la jugó por los que menos tienen, generando empleo genuino, consumo, crecimiento y políticas publicas con una presencia fuerte del Estado, con inclusión y más igualdad pensando siempre en los más vulnerables, enfrentándose a los sectores más poderosos y concentrados de la economía, corporaciones y grandes empresas.
Se ganó un lugar en cada uno de nuestros corazones por habernos dejado un país desendeudado, una patria más justa, libre y soberana, una democracia con todas las voces y uno de los pilares fundamentales; la política de derechos humanos.
Nos dejó mucho, y lo más importante que tenemos es su legado. Su lealtad con el Pueblo. Su humildad, su sensibilidad y su sencillez, su mirar para seguir construyendo con amplitud y pluralidad, entre todas y todos, de manera colectiva la Patria que nos merecemos.
