Ingenieros se quejaron ante Mosca por los dichos de Lissalde

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«Hemos quedado absortos ante los fundamentos esgrimidos por el Diputado Lissalde en defensa de su iniciativa, por utilizar expresiones agraviantes e injuriosas hacia los dirigentes de esta institución», dice el comunicado elevado a la máxima autoridad de la Cámara.

Advirtiendo además que las palabras del saladillense «evidencian un alarmante desconocimiento del orden jurídico y de la realidad que rodea al quehacer colegial», por lo que «realiza imputaciones falaces, que no sustentó con ningún elemento que las acredite».

Durante su presentación en la legislatura, Lissalse criticó duramente al colegio de Ingenieros y a las cajas de previsión social profesionales en general afirmando que había dirigentes millonarios y jubilaciones bajas y acusando a las autoridades de no permitir la renovación.

Esto generó un profundo malestar en las cajas previsionales y desde el CIPBA remarcaron que las imputaciones «no tienen ni un mínimo sustento probatorio, lisa y llanamente porque no existen» y el diputado la lanzó desde su banca, «privándonos de uno de los derechos humanos básicos, el de defensa».

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Además calificaron como «preocupante la defensa encubierta que realizó de Ingenieros agrónomos que actualmente ejercen su profesión en territorio provincial sin hallarse legalmente habilitados (matriculados) y sin aportar al sistema previsional provincial, en clara situación de ilicitud y en perjuicio del interés general y de sus propios colegas, reivindicando el citado diputado una libertad de elección que, en lo que respecta a la matriculación, no existe».

En ese sentido explicaron que «la ingeniería agronómica no es una profesión particular que debe tener regulación independiente. Es una especialidad como cualquiera otra de las especialidades de la ingeniería. Este argumento no justifica la formación de un colegio independiente», porque de aplicarse este criterio deberían crearse por lo menos 50 Colegios nuevos, uno por cada especialidad de la ingeniería.
De esta manera se generarían los denominados «minicolegios», rechazados por los especialistas en la materia y sorpresivamente por el propio diputado Lissalde, que sin embargo abre la puerta para permitir su multiplicación.

Finalmente los ingenieros bonaerenses afirmaron que el legislador «persigue el aniquilamiento de las Cajas de profesionales (lo reconoció expresamente en su vehemente alocución) y el sendero que ha iniciado para ello es la creación de un colegio que matricule profesionales que no contribuyan al sistema previsional de la provincia de Buenos Aires, debilitando de a poco nuestras cajas con claro perjuicio a miles de profesionales jubilados y activos».

Y se manifestaron a favor de «que haya un camino para que esta situación se aclare y no vuelva a repetirse, en miras al bien común, y al de la democracia de nuestro país».