«Hay una parte del partido que entiende a la UCR como un actor importante en el escenario político y con la capacidad de dar fuerza a Juntos por el Cambio. Maxi Abad nos representa en ese sentido», apuntó la diputada provincial y vicepresidenta del radicalismo a nivel nacional, Alejandra Lordén.
De no mediar ningún imprevisto y si la pandemia del coronavirus lo permite, en octubre serán las internas del radicalismo bonaerense. En este sentido, está planteada la partida a priori, entre dos sectores, uno el que encabeza el diputado provincial Maximiliano Abad y otro que lidera el intendente de San Isidro, Gustavo Posse.
En este sentido, la legisladora bonaerense y vicepresidenta del radicalismo a nivel nacional, Alejandra Lordén, aseguró que «En la próxima renovación de autoridades, los y las radicales tenemos en claro que se juega mucho más que la asunción de un presidente. La provincia de Buenos Aires significa mucho en el plano nacional y por eso asumimos este proceso con mucha seriedad».
Asimismo, la diputada manifestó que «Hay una parte del partido que entiende a la UCR como un actor importante en el escenario político y con la capacidad de dar fuerza a Juntos por el Cambio. Maxi Abad nos representa en ese sentido, a los que aspiramos a que el radicalismo gane la centralidad de una oposición seria, responsable y decente. Que sea contrapeso de un gobierno con vocación siempre hegemónica y que sea audaz en la búsqueda de ganar las próximas elecciones».
En la misma sintonía, Lordén remarcó: «Estamos convencidos de que esta es la opción que representa el ADN radical de la Provincia, que cuenta con el apoyo de los intendentes, los legisladores nacionales y provinciales, concejales, la Juventud Radical y de todos aquellos que decidieron reconstruir al partido desde adentro, que no le escapan a la autocrítica y tienen un norte muy claro. Pero también, porque la conducta partidaria que ha tenido ha sido intachable. Fue Presidente de la FUA en uno de los momentos más difíciles de la Unión Cívica Radical».
En tanto, la legisladora afirmó que «El contexto sanitario y económico nos impone prudencia para afrontar el proceso que viene. Pero el contexto político y los avances sobre la república y las medidas que toma el gobierno nos obligan a sobreponernos a la crisis y a la pandemia para poder hablar con todos los radicales bonaerenses y dejar en claro qué es lo que está en juego en las próximas elecciones. Hoy, estar a la altura de las circunstancias significa dar un paso adelante y asumir el compromiso de constituirse en alternativa de gobierno. Maxi Abad y Érica Revilla conjugan a la perfección la experiencia y la juventud (siendo el candidato más joven a presidir el Comité provincial de los últimos treinta años) necesarias para liderar esta nueva etapa que exige lo mejor de nosotros».
Por otra parte, la referente de la UCR hizo mención a las explosivas declaraciones del expresidente Eduardo Duhalde, quien expresó que habría un golpe de Estado el año que viene. «Las palabras de Duhalde son de una irresponsabilidad enorme, en un momento donde tenemos que estar firmes en la defensa de las instituciones y tener templanza, el ex presidente agita un fantasma que hace mucho tiempo dejamos atrás los Argentinos. Si hay algo que hemos aprendido desde 1983 a este tiempo es a no negociar la democracia», sentenció.
Por último, Lordén se refirió a la tan mentada reforma judicial y aclaró: «La reforma de uno de los poderes del Estado requiere necesariamente de un pacto transversal que la sostenga. Sin embargo, el Gobierno persiste en sus errores: provocan en lugar de convocar, imponen en lugar de consensuar. Un atributo esencial de la Justicia es la estabilidad. Sin ella se resiente la independencia que debe tener del Poder político de turno. No se pretende evadir el debate. Pero en un momento donde las preocupaciones de las familias pasan por la salud, llegar a fin de mes y la educación de los chicos, la prioridad del gobierno es seguir construyendo una Justicia servil a sus intereses ya que esta reforma no cambia en nada la cotidianidad del ciudadano común». fuente: La Tecla