Rubén Pachamé se manifestó en la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio N°2 para pedir la revisión de la causa que cuenta con las denuncias cruzadas con la madre su hijo. Pachamé afirma que lo dejaron “al borde de la muerte” en una “emboscada violenta en la que se llevaron por la fuerza a mi hijo”: sostiene además que hace cinco meses no ve al niño y que hace un mes que no tiene comunicación. “Mi hijo pedía delante de la madre, del abuelo, de los policías y del Servicio Local, estar conmigo”, pide Pachamé.
En principio, Pachamé relató el último hecho ocurrido: “Hace cinco meses vino la madre de mi hijo junto a Ariel Pacheco, que es su actual pareja, y el hermano de ella, a hacerme una emboscada. Me estuvieron esperando tres horas a la vuelta de mi casa: yo recibí a la madre de mi hijo, me dijeron que se iban a comprar frutas y yo los acompañé porque ya habían querido llevárselo por la fuerza. Me emboscaron, el hermano de Micaela que pelea me hizo una ‘llave’, me asfixió con mi hijo en brazos y Pacheco me pegaba piñas en la panza: la madre de mi hijo me lo sacó de mis brazos y él gritaba: ‘No, Pacha, no’”.
Refiriéndose a cómo avanza la cuestión legal, Pachamé contó que en la UFIJ N°2 “se dignaron a atenderme y lo que más me aterró es que justificaron la justicia por mano propia de parte de la madre. Me dijeron que la madre no iba a tener ninguna consecuencia, que la madre vino a buscar a su hijo y no importa lo que hizo, que haya hecho pasar por esa situación de violencia a mi hijo, y que el imputado soy yo por sustracción de menores, delito por el cual estoy seguro que soy inocente porque mi hijo siempre vino por las buenas, no lo traje ejerciendo la violencia”. “Confié que habiendo sido tan obsceno y violento, y considerando que hay un menor de por medio, la justicia iba a actuar bien”, sumó.
“Hace cinco meses no veo a mi hijo, hace un mes me cortaron la comunicación. Me preguntaba: ‘¿Me vas a venir a buscar mañana?’, y cuando estaba acá conmigo me decía sin que yo le pregunte: ‘No me quiero ir a la casa de Mica, quiero quedarme en la casa de Pacha y quiero ir a la casa del abuelo’. Mi hijo es una luz, él sabía que si se iba no iba a volver y yo jamás le hablé mal, porque si uno quiere hablar de esas cosas, los chicos a esa edad te piden que le pongas Pepa Pig. Jamás le privé el contacto, venía todas las semanas”, agregó también Pachamé.