Cada 31 de octubre se festeja la Noche de las Brujas, mejor conocido como Halloween, el tradicional festejo en donde -sobre todo- los más chicos aprovechan la oportunidad para disfrazarse. Los personajes más elegidos fueron las calaveras mexicanas, los doctores ensangrentados, los diablos y las brujas.
En Saladillo se disfrutaron de al menos tres eventos pensados especialmente para niños de todas las edades, hasta los 11 o 12 años, en diferentes puntos de a ciudad. En algunos se cobró entradas, en otros fue gratuito, hubo servicios de cantina y en todos se garantizó la alegría de los más pequeños.
La Noche de Brujas es una fiesta de origen pagano con raíces en el festival celta de hace más de 3.000 años, conocido como Samhain («Fin del verano» en irlandés antiguo).
Aunque actualmente es un día de disfraces, dulces y niños sus orígenes no son tan alegres. La fiesta se celebraba en Irlanda cuando la temporada de cosechas tocaba a su fin y daba comienzo el “año nuevo celta” coincidiendo con el solsticio de otoño. Se creía que durante esa noche los espíritus de los muertos podían caminar entre los vivos.
Los antiguos celtas creían que con la llegada de Samhain la línea que une a este mundo con el de los muertos se estrechaba y los espíritus buenos y malos podían pasar a través de ella. Se cree que el uso de máscaras era para ahuyentar a los espíritus malignos. También se celebraban banquetes en las tumbas de los antepasados familiares. (Fuente: diarioas.com)