Esta tarde, el colectivo de las Madres de Pañuelo Amarillo realizó una jornada de concientización en la plaza principal, para conmemorar el Día Internacional de prevención contra el abuso sexual infantil, con globos, pancartas y altoparlante. Además de pedir por todas las causas de abusos y femicidios sin resolver, un joven contó el crudo relato sobre un abuso sufrido en una institución saladillense.
“La violencia sexual constituye un problema de salud pública y derechos humanos, por su impacto en el individuo, su familia y en la sociedad, siendo las principales víctimas niñas, niños y adolescentes. Esto conlleva secuelas emocionales y psicológicas para quienes lo sufren y, como consecuencia, afecta la salud mental de las víctimas en corto o largo plazo”, comenzaron leyendo las integrantes del grupo.
Luego, un joven contó su testimonio: “Ocurrió hace tres años, yo fui abusado cuando estaba en el hogar y tomaba medicación. Yo avisé a las cuidadoras y nadie me creyó, hasta que le avisé a una señora que estaba a la tarde y habló con la directora. Él era inspector de tránsito y me ‘picaneó’ en el baño: me dijo que no le dijera nada a la directora, porque si yo le decía me iba a pegar”.
Cuando fue consultado por cómo avanzó la denuncia, el adolescente respondió: “Está en la fiscalía de acá, supuestamente. Quedó todo así como estaba, como guardado en el archivo”. Luego, agregó: “Cuando pasó todo esto quedé medio traumado, me daban ganas de llorar por todas las cosas que me habían pasado. Hoy en día, trato de salir adelante”.
Sobre este caso puntual, una de las integrantes sumó: “Estamos muy aterrorizadas con este caso porque todo lo taparon, todo se ocultó. ¿Qué pasa? Estamos hablando de una violación: lo violaron, gente, y todo quedó impune como siempre. Todo quedó impune y tapado por la justicia y la gente que trabajaba en ese momento. ¿Dónde estaban para ayudarlo?”.
Otra de las mujeres insistió en el pedido de “que todas las causas que nos llegan se saquen del cajón de los archivos y empiecen a moverse. Empiecen a hacer su trabajo, señores. Si quieren que nosotras dejemos de marchar por nuestros derechos, empiecen a hacer su trabajo que para eso estudiaron, se recibieron y para eso les pagan”.
“Muchas personas se nos acercan y nos dicen que no pueden dar la cara porque pierden sus trabajos, pierden un montón de cosas, pero nos felicitan. Y nosotras estamos orgullosas de lo que estamos haciendo. Para muchos no somos nadie, pero para muchas víctimas que fueron olvidadas somos mucho. Para las madres que lloran solas en la almohada, estamos junto a ellas”, cerraron, y pidieron “que toda la gente que sabe de abusos sexuales, de chicos maltratados, que no sean cómplices y denuncien, que hablen con nosotras. Cuando se hace vista gorda, siguen abusando de niñas, mujeres y todo lo que hacen”.