En la siguiente nota no se pretende realizar un análisis psicológico ni sociológico sobre cómo y por qué convivimos a diario con la violencia. Tampoco indagar sobre las mismas, hay miles. En cada ámbito social. Violencia al encender la televisión. Contra el vecino que no nos permite descansar. Con el conductor del otro coche. Violencia de los niños contra el compañero de clase. Violencia machista. Violencia por creer en algo distinto.
Los adultos que dirigen las instituciones escolares deberán estar capacitados para poder plantear estrategias pedagógicas facilitadoras que centren su interés en la figura del niño y que permitan un trabajo conjunto entre la escuela, el hogar y la comunidad. Muchas veces se dijo que la violencia proviene del seno familiar. Madres que golpean a docentes, madres que golpean a niños (hace poco la sociedad se vio conmocionada cuando salió a la luz un video en donde la madre quiere ahogar a su hijo en el inodoro); pero además, hoy la violencia ha tomado otra dimensión. Claro está que existió y siempre existirá, pero hoy se ha convertido en una suerte de show para las cámaras, para las cámaras de los celulares para luego ser subido a Instagram, Facebook o la red social de moda.
En estos días circularon varios videos en nuestra ciudad, en todos, se podía ver lo mismo, gente rodeando a las agresoras con sus celulares sin inmolarse por lo que estaba pasando delante de sus ojos. Hasta llegamos a ver, cómo en la agresión a la Inspectora de tránsito fue más importante mantener el celular filmando que asistir al niño que su madre dejó caer de la bicicleta para pegarle a la Inspectora ( ver video). Misma situación se repitió en los videos siguientes en las peleas de las adolescentes. Hechos que como sociedad nos tendría que dar vergüenza, sin embargo, aplaudimos; nos quedamos filmando y viralizamos los videos.
En esta sociedad enferma, la violencia ya no debería ser tratada como un problema sino como un síntoma. Nada cambió ni cambiará. Siglo XXI sin embargo seguimos matando al que piensa distinto… y como bien dice en uno de sus artículos Michel Foucault “Nada es más peligroso en la violencia que su racionalidad”. Por muy cruel y sangrienta que sea una violencia, siempre será humana y, lo que hace más terribles las violencias humanas es la invisible línea divisoria entre su explicación y su justificación.
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