«Vine a agradecer por esta obra, que no solo está embelleciendo la ciudad, sino también dando una mano a quienes a veces, por distintas razones, distintas capacidades, no podemos movernos. Ustedes se habrán dado cuenta que a la orilla de cada vereda hay un caminito de una baldosa que está marcada con tres ladrillos, para que quienes no ven, como quien les habla, se vaya guiando», expresó Rial. Cuanto más apoyo público haya, el discapacitado se siente menos discapacitado. En las esquinas también hay carteles braille que tienen las calles, y la dirección».
«Aprovecho la oportunidad para decirles que el que no ve necesita que ustedes no dejen las motos y las bicicletas tiradas en el medio de la vereda, que son con las que a veces nos llevamos los chichones. Gracias José, gracias municipalidad, gracias a la gente de cultura, gracias a todos por esta hermosa obra, que nos hace menos discapacitados».