En plena emergencia sanitaria y económica, la fundación ‘Todos por un Sueño’ amplió su rango de familias asistidas, para llegar a quienes hoy comienzan a sentir los efectos de la paralización productiva por la cuarentena obligatoria. Es por eso que Marcelo Clausel y Carlos Ñajarí reparten alimentos de primera necesidad que llegan desde el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación para 400 familias, hasta el momento: lo realizan tres veces por semana, tanto en Saladillo como Del Carril visitando casa por casa, ya sea directamente a familias como a través de instituciones.
“Estamos repartiendo por medio de la fundación, integrando el Comité de Emergencia Alimentaria de Saladillo, repartimos tres ves en la semana. Ya llevamos más de 400 familias, a las que se les entrega casa por casa, porque es sabido que no se pueden mover; también al Asilo de ancianos, Hogar de Niños Golondrinas, CE.TI.DIM., e instituciones deportivas como Argentino y Apeadero”, aseguró en principio Clausel, quien además contó que la entrega consta de dos unidades de cada producto: azúcar, harina, polenta, fideos, aceite y puré de tomates.
Además, Marcelo aclaró que realizan un entrecruzamiento de datos para tratar de llegar a la mayor cantidad de necesitados posible: “El mensaje que damos desde la fundación es que no sean egoístas: hay gente que nos pide a nosotros, al grupo de Emergencia de la Municipalidad, o quiere que les llevemos una vez por semana…”.
Luego, Clausel explicó que “a la gente que recibe siempre le seguimos dando, pero ahora entregamos más porque nos están pidiendo. Empezamos a entregar a gente que nunca ha recibido de la fundación, pero luego se irá a cortar, ahora es un caso de necesidad”. Por quienes necesiten sumarse a la entrega, Clausel y Ñajarí dijeron: “Nos mandan mensaje privado por Facebook o WhatsApp”. También aclararon: “Detrás de la ruta no entregamos casa por casa porque no podemos pasar; quedan en la casa de ‘Ñaja’ y él los entrega”
Por último, Marcelo pidió que nadie salga de su casa -en especial los adultos mayores-, que usen barbijos y que entiendan que “no es joda”: “Repartiendo vemos gente que no le interesa, gente como si estuviese paseando. Tienen que ser detenidos, tiene que haber más detenciones. Hoy veníamos por Saavedra y Ruta 205 que estaba charlando en un control… Si no nos cuidamos, parece una joda. En Saladillo estamos tranquilos porque hasta ahora no hubo casos, pero los va a haber”.