La Dra. Patricia Hortel, fiscal a cargo de la UFIJ N°1 y subrogante de la UFIJ N°2 de Saladillo, habló con ABC Saladillo y el medio colega TV Centro sobre el robo calificado en La Campana, con posterior persecución y fuga a campo traviesa de los autores del hecho. La fiscal fue consultada por el modus operandi, por los disparos dentro del establecimiento, y por la posibilidad de un entregador y un vehículo de apoyo.
En principio, la Dra. contó: “Estamos investigando un robo calificado, por el uso de armas, en donde tal vez se repite una modalidad que ya hace muchos años viene sucediendo en Saladillo”, y remarcó que “de la misma manera en que nosotros nos especializamos, también lo hacen los delincuentes”, por lo cual “las medidas de seguridad siempre son falibles, porque si no tendrías que tener una cámara de seguridad por cuadra”.
Además, Hortel hizo hincapié en aumentar las medidas de precaución, siendo que los delincuentes “están pescando una víctima”: “El Estado entra en funcionamiento en la medida que excede mi seguridad. Si yo tengo todas las puertas y ventanas abiertas, no le puedo pedir al Estado que ponga un policía parado en la puerta de mi casa”.
Por otro lado, la fiscal diferenció entre “la figura de un entregador y pensar en un delincuente inteligente”, y admitió que “es obvia la escasez de recursos”. A continuación, la entrevista completa:
-Situación en La Campana: ¿Qué es lo que aconteció, qué se puede saber?
Estamos investigando un robo calificado, por el uso de armas, en donde tal vez se repite una modalidad que ya hace muchos años viene sucediendo en Saladillo: me refiero a los años 2017… Si ustedes hacen memoria, podrán recordar confrontaciones armadas en el casco urbano de Saladillo e inmediaciones rurales. Con esto quiero decir que prestemos atención porque no es ni la primera ni segunda vez, sino hechos antiguos ya.
En algunos casos hemos tenido una resolución favorable, y en este todavía continuamos trabajando e investigando. No somos la única localidad que ha sufrido estos hechos, también lo han sufrido Roque Pérez y Lobos.
-¿Es decir que la investigación continúa, y está activa?
Obviamente. No pudimos detener a la gente que se fugó con el vehículo robado, porque el prófugo de un delito de robo con arma sabe que si es asido va a terminar privado de su libertad, entonces no tiene nada que perder: en esa mentalidad, arriesga todo para salvar su libertad.
-¿El modus operandi es similar a otros hechos que usted dice que se ha producido en la zona?
Obvio, y desde hace muchos años. Lo que sucede, y tenemos que ser conscientes, que de la misma manera en que nosotros nos especializamos también lo hacen los delincuentes: cuanto más inteligente son, más peligroso es. Ya saben que existen cámaras de seguridad, saben que existe la posibilidad de relevar sus huellas dactilares por lo que usan guantes, también usan capuchas, evaden los controles y cámaras… Por eso deberíamos ser nosotros diligentes y extremar nuestras medidas de seguridad, en la medida de lo posible.
-De todas formas, se actuó rápido y se armó un operativo cerrojo, ¿no?
Siempre, y desde hace años, contamos con la colaboración de las comisarías de la jurisdicción de nuestra fiscalía, en el armado pronto de operativos cerrojos, y muy eficaces. En este caso también resultó eficaz, porque el vehículo apareció con impactos de bala: no me puedo quejar porque no los lograron parar. Tengo que tener en cuenta que el delincuente que se dio a la fuga no tiene nada que perder.
-El hecho de usar armamento de distinto calibre, ¿agrava la calificación del delito? ¿Y el hecho de haber disparado?
Es robo calificado por el uso de armas, y –que hayan disparado- está contemplado dentro del mismo artículo.
-¿Hubo un primer enfrentamiento dentro del establecimiento?
Sí. Estamos tratando de esclarecer bien cómo fue esto, pero sí hubo disparos dentro de la casa. Por suerte no hubo víctimas por herida de bala: sí hubo gente golpeada, que lo tenemos siempre. Por eso digo que si la gente rememora va a recordar otras circunstancias no próximas, sino 2017 o 2018, en las que tuvimos hechos de similares características.
-Por el hecho de que hubo disparos, ¿puede ser que uno de los delincuentes sufrió alguna consecuencia?
En el vehículo abandonado, extraído de la casa, hay manchas hemáticas. Presumimos que es de algunos de los delincuentes que fue herido.
-El hecho que haya sido este establecimiento y no otro el del robo, ¿es por algo en particular?
Es que ya tuvimos otros. Sucede lo mismo en las estafas telefónicas o las que piden rescate: cuando uno llama, pidiendo rescate, piensa que lo están observando. La realidad es que hay 40 llamadas a Saladillo y 40 en Lobos, el mismo día y horario: están pescando una víctima, y a veces tienen suerte.
-¿Se supone que existió un vehículo de apoyo?
Seguramente, siempre llegan en un vehículo. Por eso digo que las medidas de seguridad son siempre falibles, porque si no tendrías que tener una cámara de seguridad por cuadra. Lo único que hace el delincuente es darse una vuelta previa, mira con detenimiento si hay cámaras de seguridad y agarra por otro lado.
-¿Respecto a la posibilidad de que alguien haya alertado sobre el dato de una suma de dinero?
Hace 10 años que estamos sufriendo las consecuencias del entregador, pero ¿cómo sabés si es cierto? Entre pensar la figura de un entregador y pensar en un delincuente inteligente, ¿con cuál te quedás?
-Y, con el primero, que es más seguro…
No sé. Yo no desconfío de mis vecinos, aumento mi seguridad.
-¿Es lo que habrá que hacer de ahora en más?
Yo creo que hace cinco años que tendríamos que haber aumentado nuestra seguridad.
-¿De qué manera, doctora?
En el 90% de los casos hay confianza: puertas y ventanas abiertas porque hace calor, gente que duerme con todo abierto… Yo creo que desgraciadamente esta confianza de las localidades rurales hace que, frente a las grandes ciudades como el AMBA que tienen cámara de lecturas de rasgos, cámaras por todos lados y muchísima más policía que la nuestra, más patrulleros y más vehículos… Si yo tengo que elegir, es obvio: ¿Dónde voy a ir a robar? Hago dos horas de viaje y robo en una localidad rural.
-Y desde el Estado, ¿qué se puede hacer? Teniendo en cuenta que es un poco difícil cambiar la idiosincrasia de un pueblo
Sinceramente, con la mano en el corazón, creo que el Estado entra en funcionamiento en la medida que excede mi seguridad. Si yo tengo todas las puertas y ventanas abiertas, no le puedo pedir al Estado que ponga un policía parado en la puerta de mi casa. Creo que debemos dejar de ser inocentes, pensar que todo lo que pasa también me puede pasar a mí, porque no estoy exenta, no tengo una coraza… Además, es obvia la escasez de recursos: nosotros en la Fiscalía no tenemos hojas.