En su visita a Saladillo de esta mañana, el Ministro de Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, Joaquín de la Torre, habló de todo: entre otros temas, de lo que fueron los resultados de las elecciones, la estrategia de Cristina Fernández de Kirchner y la autocrítica que, según él, debe realizar el oficialismo.
Cuando fue consultado si quedó sorprendido del resultado de las elecciones, respondió con un rotundo ‘no’, y además agregó: «Me hubiera gustado que el resultado sea distinto, por supuesto, pero cuando hay elecciones la que habla es la gente y los políticos tenemos que callarnos la boca y escuchar. Este espacio tiene que hacer autocrítica, con mucha prudencia».
Luego, analizó: «El 20 de mayo, en Argentina había una realidad: nadie dudaba que esa realidad era -Mauricio- Macri contra Cristina -Fernández-. La ex presidenta y futura vicepresidenta entiende que la política es ‘transformación de realidades’ y toma una decisión sabiendo que ella no llegaba, y ¿qué hace? toma una decisión que modifica la realidad: eso es política. Lo que hizo Cristina es política. Macri lo intentó con Pichetto, pero no lo funcionó«.
«Cristina el 20 de mayo tenía una realidad, la vio y dijo: ‘No llego, yo sóla no llego y hay un diálogo que está roto. ¿Cómo hago para transformar la realidad?’ Lo trajo a Alberto, él le trajo a todos los gobernadores, intendentes y sindicatos que estaban afuera y transformó la realidad. Eso es política: nosotros tenemos que tener un ojo crítico sobre la realidad para poder transformarla», agregó luego Joaquín.
El Ministro volcó un dato en tono peyorativo: «En América Latina, en los últimos 40 años, sólo tres presidentes no fueron reelectos con las posibilidades de hacerlo», y luego agregó: «No podemos proponerle a la gente el mismo proceso que nos llevó a la derrota, y no sólamente personas, yo no digo que se tiene que correr Juan o Pedro, sino políticas que no resultaron o no dieron el resultado querido. Si nosotros estamos realmente convencidos que el lugar al que íbamos era perfecto, o era el mejor, el camino tendría que haber mejorado. Porque irse a los cuatro años no sirvió de nada».