Nuestro escudo partidario lleva plasmado el martillo como símbolo del trabajo. Esa idea, fuente inagotable de inspiración de muchas conquistas de derechos y libertades, fue un verdadero motor de nuestra historia como Nación.
Pasaron 90 años de aquel 1° de mayo donde Hipólito Yrigoyen declaraba “día del trabajador” en Argentina. Hasta la fecha nos seguimos abrazando a la misma idea.
Sera porque creemos en el trabajo. Porque creemos en la fuerza creativa del ser humano.
En el trabajo se sintetiza en talento y el esfuerzo. Y por eso seguimos pensando que la solución de los problemas en Argentina es multiplicar las posibilidades de trabajo.
Más trabajo digno expande nuestro potencial, genera mejores condiciones para colaborar entre nosotros, y sobre todo nos permite proyectarnos. Nada más y nada menos que construir un proyecto de vida en libertad.
El esfuerzo del trabajo, como ninguno, se dirige a otro. A esa persona a quien le resolvemos un problema, lo asistimos en una necesidad o le brindamos un producto que desea. En definitiva cuando trabajamos nos vinculamos.
La idea seguirá inspirando las nuevas conquistas pero la práctica va cambiando en el tiempo, ya no es solamente el esfuerzo físico, la cadena de montaje o el surco de la tierra, no es solo el campo o la fábrica.
El mundo cambio y el trabajo cambio, sin embargo nos fuimos reinventando y adaptando.
En estos días, virtudes artísticas, capacidad comunicacional, conocimiento informático, ambiental, sensibilidad y aptitudes relacionales son el fundamento de miles de trabajos que mejoran nuestra vida.
Personas que con un pequeño capital pueden ver respuestas que otros no ven, Pymes que son capaces de vincular universos de conocimiento diferentes, o también grandes empresas que advierten un cambio de época y se transforman.
La idea superadora de trabajo se amolda a los tiempos, no distingue a empleadores, emprendedores, obreros, artistas, patrón, empresarios o empleados. No reconoce jurisdicción ni edades, no tiene prejuicios ni géneros y mucho menos tiene propiedad política.
Son los “trabajadores de hoy” los que hacen posible la latencia de nuestras relaciones sociales, pero son también los responsables de preparar y educar a los niños que tendrán trabajos que aún no existen.
Honremos a los luchadores del pasado y caminemos juntos hacia el trabajo del futuro.
¡FELIZ DIA TRABAJADORES!