Muchos son los autores que definen el concepto de “Estado” pero la mayoría tienen en común los siguientes elementos: Sociedad humana que se desarrolla en un territorio, sujeta a un poder soberano que crea, define y aplica un orden jurídico que estructura la sociedad para obtener el bien público. En síntesis: el Estado somos todos. Mucho más cuando este, está organizado de manera republicana, donde los ciudadanos tienen derecho a elegir su propio gobierno de forma democrática y al ser elegidos.
Esta descripción muy resumida pero elemental, en la realidad, trae consigo un sinfín de tensiones, que quedaron expuestas aún más desde que comenzó la cuarentena. El “Estado”, tal cual lo conocemos, entro en conflicto en todo el mundo a causa de las distintas estrategias adoptadas por los gobiernos a la hora de abordar la problemática.
En este sentido, y en el marco de la pandemia, surgió una gran dicotomía en pugna en todos los niveles estatales: “El estado sobreprotector “vs “el empoderamiento ciudadano”, el primero más ligado a un estricto control estatal sobre los ciudadanos para cuidar la salud en detrimento de la economía y el segundo, más ligado al normal funcionamiento de la economía y al autocontrol ciudadano para el cuidado de la salud. Esta dicotomía que seguirá vigente hasta el día que esto se acabe no es excluyente ni contradictoria, ya que hay algunos gobiernos (sobre todo los locales) que han tratado de romperla y pasar de ser un Estado “sobreprotector” o “ausente” a ser un “Estado de Intermediación”.
El Municipio de Saladillo que encabeza el Intendente José Luis Salomón, en mi opinión, ha sido uno de estas características; donde en ningún momento se puso en discusión la disyuntiva de economía vs salud, sino que desde un principio se bregó por la economía y la salud de manera conjunta. Al comienzo de esta cuarentena se conformaron cinco comités: Salud, Seguridad, Contención Emocional, Emergencia Alimentaria y de Precios. Todos ellos fueron conformados por el ejecutivo municipal, fuerzas políticas, instituciones intermedias y voluntarios, donde de manera horizontal se trabajó y se tomaron decisiones en pos de la comunidad, en el que el municipio no cumplió un rol paternalista ni tuvo ausente, sino que intermedio y articuló para resolver las distintas demandas.
En materia de seguridad, se fortalecieron los controles en los accesos con montículos de tierra y puestos de control más estrictos que la normativa nacional y provincial, pero dentro de nuestra localidad, se realizó un control de prevención y acercamiento donde los voluntarios ordenaban las colas de los bancos y comercios para mantener el distanciamiento social, repartieron barbijos y hasta sirvieron café amedrentar un poco el frío.
En materia de Salud, se obligó a través de un decreto municipal a usar de manera obligatoria los tapaboca o barbijos, pero también, se le dio trabajo a emprendedores locales para la confección y luego distribución de estos mismos.
El Comité de precios, uno de los que a priori podría haber parecido de los más apáticos para los comerciantes locales, no solo que no lo fue, sino que funciona como un programa de recomendaciones que no solo logró que se mantuvieran masivamente los precios, sino que también, algunos productos disminuyeron.
Con respecto a las habilitaciones, se avanzó rápidamente para habilitar todo lo que más se podía con sus respectivos protocolos (algunos rubros por fuera de lo establecido por la provincia como los gimnasios y algunos deportes) para reducir lo más posible, el impacto económico adverso que generó todo este contexto.
No es la intención de este artículo describir todas las acciones que se realizaron desde que comenzó la pandemia (pueden verlo en www.saladillo.gob.ar/covid-19), sino de esbozar algunos ejemplos que ponen de relieve la función muy fructífera que viene llevando a cabo el Estado Municipal, donde las distintas “tensiones” explicitadas más arriba, fueron/son resueltas de manera equilibrada pensando en toda la comunidad en su conjunto y no, en intereses particulares
Por supuesto que esto aún no terminó y para continuar en la fase en la que estamos, es fundamental que dicho Estado de Intermediación sea complementado con la responsabilidad ciudadana , porque de nada sirve criticar de ineficaces a los controles de los accesos si uno/a viene de otra localidad y no lo dice, de nada sirve el esfuerzo de que abran bares y restaurants, si se organiza una previa de más de 100 personas, en síntesis, de nada sirve exigirle al gobierno lo que nosotros mismos no cumplimos, porque para que la salud y la economía vayan caminando a la par, cada uno de nosotros tiene una gran responsabilidad porque cuando criticamos al Estado nos criticamos a nosotros mismos, porque cuando no cumplimos con el estado nos fallamos nosotros mismos ¿Por qué? porque el estado somos todos.
Manuel Cisneros
Concejal JxC