Con el fin de brindar información necesaria sobre la salud sexual, un grupo de jóvenes de quinto año de la carrera de Medicina brinda charlas para derribar mitos, miedos, prevenir y concientizar para que la sexualidad se viva libremente con responsabilidad y consentimiento. Cómo es la dinámica
«¿Se puede usar un globo como un preservativo?». La pregunta de un adolescente en un colegio, en el marco de una charla de educación sexual, es una de las tantas preguntas que responden los integrantes del Proyecto Preservate, compuesto por un grupo de 20 jóvenes estudiantes de quinto año de la carrera de medicina junto con algunos graduados. Este proyecto nació bajo ninguna bandera ideológica con el fin de llevar a las instituciones Educación Sexual Integral (ESI).
Fue el 4 de octubre de 2006 que se dejó asentado en la ley 26.510 que «todos los educandos tienen derecho a recibir educación sexual integral en los establecimientos educativos de gestión estatal y privada». Además de educar sobre sexualidad, la ley se proponía romper con los estereotipos de género, fomentar el cuidado del cuerpo propio y el ajeno, promover actitudes responsables y el respeto por la diversidad sexual. Sin embargo, la falta de información es algo que sigue latente.
A raíz de un voluntariado en Salta, la estudiante de Medicina Sofía Macchi, de 23 años, notó la ausencia de información con respecto al sexo. «Recorrí el pueblo de San Carlos y los parajes que hay entre los cerros. Mi tarea era dar charlas de educación sexual e higiene. Cuando comencé encontré una falta de información gigante, desde no saber nombrar partes del cuerpo a hablar de la menstruación como un estado de enfermedad», dijo en diálogo con Infobae.
Lo más alarmante fue que notó que ni siquiera los adultos encargados pudieron responder las inquietudes de los niños y adolescentes de las distintas instituciones, y aquellos que respondían solo contribuían a desinformar.
Tras enfrentarse a una dura realidad, se dio cuenta de que esto no solo sucedía en ambientes vulnerables, sino que la desinformación atravesaba distintos contextos sociales y económicos. Y todos recurrían al de al lado o a Internet para sacarse las dudas. «Sentí la necesidad de contar esta realidad y de organizarme con mis compañeros de facultad y poder llevar información correcta y verídica desde el punto de vista de la Medicina sin ningún tipo de bandera política. El fin es despejar dudas, informar y desterrar mitos», enfatizó Macchi.
Hace dos meses que el grupo se formalizó. Llevan más de 10 charlas informativas en distintas instituciones y tienen todo el mes de agosto reservado para seguir con los encuentros. Desde centros comunitarios hasta colegios privados y católicos, el objetivo de estos talleres es hablar sobre prevención, cuidados, la importancia del consentimiento, explorar inquietudes y escuchar.
«Es nuestra manera de prevenir y ‘atajar’ los problemas antes de que existan para que los chicos tengan la información necesaria y no tengan en su mente lo que les contó su amigo, su tío abuelo o lo que leyó en el hilo de Twitter», enfatizó la integrante del proyecto Preservate.
Las charlas informativas están orientadas a pre adolescentes y adolescentes. Las dudas entre los más chicos, según Macchi, se centran más que nada en el embarazo y lo reproductivo, mientras que para los adolescentes, las inquietudes pasan por los anticonceptivos y las enfermedades de transmisión sexual.
«Buscamos una dinámica grupal para que primero entren en confianza y que no sientan pudor, para que les sirva realmente. Tienen una duración de dos horas y hay un intervalo de quince minutos para que puedan acercarse en caso de que no se animen a preguntar en voz alta. Hasta ahora nos fuimos muy contentos de todas las reuniones porque, ya sea en un colegio privado, público o en el centro comunitario, la gente se vio muy interesada», dijo Macchi.
Con el objetivo de seguir informando, desde el proyecto se empezará a capacitar a adultos para que cada vez más personas puedan dar charlas informativas: «Vamos a tener ocho encuentros con profesionales, ya que no es lo mismo explicar algo a un adolescente que capacitar a alguien para que explique».
En cuanto a las peticiones de cada lugar, la joven aseguró que son muy pocas las instituciones que les pidieron que eviten algún tema: «Es importante que entendamos que el acceso a la información debería ser algo universal sin necesidad de opinión».
«La idea es que este proyecto no muera. Queremos que se siga retroalimentando con nuevos estudiantes de Medicina y haciendo capacitaciones con nuevos voluntarios, para que no se termine cuando nosotros nos recibamos y no tengamos tiempo para poder dar las charlas», concluyó la joven.
De cara al mes de agosto, el proyecto Preservate se prepara para ir a la localidad de Ayacucho para afrontar el desafío más grande: dar una charla a más de 1300 adolescentes en el auditorio de la ciudad con un fin único: informar, concientizar y escuchar.