Más de un millón de argentinos se opone por escrito a donar sus órganos

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Al día siguiente de la aprobación de la «ley Justina», que establece la donación de órganos sin necesidad del consentimiento previo, el debate sobre los temores que genera el nuevo régimen se hicieron presentes en las redes sociales y en medios de comunicación. Este temor se expresa además en un dato contundente: de acuerdo al registro del Incucai, el Instituto Nacional Central Unico Coordinador de Ablación e Implante, hay más de un millón de personas que se niegan formalmente a la donación de sus órganos.

Al mismo tiempo, bajo el régimen legal de 2006 del «donante presunto», sustituido ahora por la «ley Justina», manifestaron su voluntad de donar sus órganos algo más de tres millones de personas. Este régimen genera un déficit crónico de donantes, lo que llevó a sancionar el miércoles la «ley Justina». La nueva norma, votada por unanimidad, indica que todos los ciudadanos mayores de 18 años son donantes salvo que manifiesten su oposición.

La página web del Incucai da cuenta del trágico déficit actual de donantes: hoy el organismo registra 7.735 pedidos de trasplante. Son casos urgentes, en los que la aparición de un donante salvaría la vida de estas personas, destaca el organismo. A su vez, el número de trasplantes realizados durante lo que va de 2018 es dramáticamente más bajo: apenas 697, esto es, ni el 10 por ciento de los pedidos. Por lo demás, el número de donantes en 2018 apenas llega a 288. El índice de donantes por cada millón de habitantes en 2018 se ubica en 6,47, un número muy bajo. En Santa Fe, el organismo de referencia es el Cudaio. Este tiene actualmente una lista de espera de 560 casos, mientras los trasplantes realizados en 2018 llegan a sólo 56, es decir, el 10 por ciento. A su vez los donantes han sido 34 en lo que va del año.

Estos pésimos índices del régimen de 2006 de «donante presunto» deberían mejorar mucho con la «ley Justina». Pero el Incucai no sólo registra donantes, sino también a aquellas personas que manifiestan su voluntad de no serlo. Y allí el organismo registra actualmente 1.058.578 de ciudadanos que se niegan a donar sus órganos. En tan sólo tres años se duplicó esta cifra, ya que poco más de medio millón había manifestado su negativa hasta 2015. En cambio, 2,5 millones dejaron registrada su voluntad a favor de la donación, y hoy llegan a más de tres millones. Esta información _si bien de no fácil acceso_, puede consultarse en la web del Sistema Nacional de Información de Procuración y Trasplante de la República Argentina (Sintra).

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El caso de Eric Abidal

Uno de los principales motivos para negarse a donar se vincula con la circulación de mitos y miedos en la población. El temor a redes ilegales de tráfico de órganos se fortalece con esos rumores, pero también con algunos hechos reales, como el caso del jugador de fútbol del Barcelona Eric Abidal. El club le habría comprado un hígado en el mercado negro, según recientes filtraciones de escuchas policiales. El deportista padecía de cáncer de hígado. Fue trasplantado con éxito en 2012 y pudo continuar su carrera profesional hasta su retiro. Abidal ha negado de plano las versiones de prensa y publicó ayer una foto de él convaleciente junto a su primo donante. En todo caso, el episodio, de confirmarse, demostraría la necesidad de una ley como la «Justina».

En Argentina, las autoridades apuestan a que cada vez más ciudadanos se comprometan con la donación. De acuerdo a la nueva ley, quienes no están de acuerdo siempre tienen la posibilidad de expresarlo mediante un documento formal. Quien desee expresar su voluntad puede acudir a las oficinas del Incucai o llamar a la línea gratuita 0800-555-4628.

Al santafesino Cudaio se lo puede consultar por teléfono a los números (0342) 4574814/15/16. El Cudaio es un organismo provincial que «trabaja en articulación y bajo los lineamientos del Incucai en la práctica y la regulación de la Ley Nacional de donación y trasplante en la provincia de Santa Fe». En su sitio web ww.cudaio.gov.ar se puede recabar mucha de la información necesaria.