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A dos años y medio de la gestión del gobierno de Mauricio Macri y en un contexto de desempleo e inflación creciente, aumento desenfrenado del dólar, incremento continuo y exponencial de las tarifas de los servicios públicos esenciales, pérdida de poder adquisitivo de los salarios y jubilaciones, la vuelta al Fondo Monetario Internacional representa un retroceso histórico para nuestra Nación.
Sabemos qué significan estos acuerdos con el FMI, más ajuste, recortes de sueldos, jubilaciones, privatizaciones, despidos y aumento de la pobreza, llevando al país a tocar fondo como ocurrió en el año 2001 y hundirse en una de las crisis económicas y sociales más profundas y dolorosas que hemos vivido.
En nuestra historia, tuvimos una etapa prolongada bajo acuerdos con este organismo financiero, desde 1982 hasta el 2001 y conocemos cuáles son las consecuencias.
Por ello reivindicamos la decisión política de Néstor Kirchner en el año 2006, por la comprensión histórica de cancelar la deuda que la Argentina mantenía con el Fondo Monetario Internacional por más de 9800 millones de dólares, decisión de soberanía política que implicó cerrarle la puerta a las intromisiones y exigencias que imponía la entidad financiera en la economía interna y a su vez permitió al país un ahorro de 842 millones de dólares en intereses.
Hoy, a 12 años de haber roto la dependencia con el organismo internacional, con la actual decisión del Gobierno de la Alianza Cambiemos se entrega la independencia nacional y se somete al pueblo argentino a un futuro de ajuste y pobreza, dándole la espalda a la producción y al trabajo que son la base de la economía real, la Alianza Cambiemos vuelve a optar por la especulación financiera y el especulamiento.