Rocío Quagliarello dio una entrevista televisiva y habló de la noche en que murieron sus tres amigos cuando eran perseguidos por la policía
En la madrugada del lunes 20 de mayo el auto que conducía Aníbal Suárez (22) se estrelló contra el acoplado de un camión estacionado en el kilómetro 111 de la colectora 9 de Julio que desemboca en la Ruta 3, en San Miguel del Monte.
Murieron el joven de 22 años y otros tres ocupantes del Fiat Spazio 147 de color blanco: Gonzalo Domínguez (14), Camila López (13) y Danilo Sansone (13). Rocío Quagliarello (13), única sobreviviente, luchó por su vida, le realizaron distintas intervenciones, hasta que el 13 de julio pasado le dieron finalmente el alta.
Ahora Rocío, la única testigo de lo que ocurrió esa madrugada, de la persecución fatal que llevó a la detención de 12 policías de la provincia de Buenos Aires, habló con Canal 13, en el que es la primer declaración de la menor con un medio periodístico.
«Siempre nos encontrábamos en la plaza y salíamos a dar vueltas, a pasear. Ese día estábamos con Cami sentadas en una plaza, pasaron en el auto los chicos y nos convencieron para ir a dar una vuelta», dijo en el comienzo de su relato Camila, al recordar ese lunes de mayo.
Hermética en sus palabras, con poca voz, en una habitación en la que la acompañaban su mamá y amigas, hizo además una declaración que sorprendió y a la que le siguió un silencio: «Me acuerdo una cosa pero no lo quiero contar».
Rocío sólo se animó a agregar por lo bajo que tenía que ver con Gonzalo Domínguez. En un segundo intento de los periodistas que la entrevistaron por volver sobre la declaración, sólo confirmó que lo que sabía sería de interés para la causa.
«Nunca me imaginé que la policía podía hacernos daño», sostuvo la sobreviviente, que desde lo que ocurrió aquella madrugada todavía no salió a la calle. Piensa hacerlo por primera vez el próximo domingo para visitar a sus amigos en el cementerio, según contó.
Luego del diálogo con Rocío tomó la palabra su mamá, Luana, que repasó las extrañas circunstancias en las que a su hija la comenzó a custodiar la Gendarmería Nacional Argentina (GNA) en el Hospital de Alta Complejidad El Cruce, de Florencio Varela.
«El primer sábado se acercan dos policías queriendo ver a la nena y el Director del Hospital de El Cruce no los deja pasar. Esa noche me llamaron y se pidió a la Gernarmería», compartió la mujer, sobre el episodio que habría involucrado a dos efectivos bonaerenses.
A Rocío la tuvieron que intervenir de urgencia por una herida en el hígado no bien ingresó al hospital. Estuvo internada en terapia intensiva pediátrica y sus principales complicaciones radicaron en sus pulmones. Experimentó mejorías constantes y satisfactorias. Le quitaron el respirador artificial a principios de mes. La operaron de la mandíbula y de quebraduras en un brazo, una pierna y un tobillo.
Una vez que se recupere en su totalidad, el aporte de Rocío será clave para esclarecer una causa que lleva trece personas detenidas, doce de ellos policías.