Bianca tuvo suerte: otro conductor decidió pagar su peaje y evitarle el mal trago. Pero ella se sintió mal, humillada. Decidió hacerle un regalo al supervisor, una bolsa de criollitos «de la panadería más rica de Córdoba». Y le dejó 50 pesos para cubrir los gastos de otra persona a la que le podría pasar lo mismo.
La carta
«Para Martín, supervisor del peaje de la ruta E53 (córdoba a Salsipuedes): Hola Martín, soy la persona a quien no dejaste pasar en el peaje por haberme olvidado la billetera el día Martes 22 de Agosto. Lejos de insultarte y recordarte lo mal que me trataste el motivo de mi carta es para agradecerte por hacerme llorar y humillarme ese día llamando a la policía para que me sacaran como si fuese una delincuente. Gracias a encontrarme con gente tan inhumana como vos, tu empleada y el policía que llamaste para mostrar su burocracia, me ayuda a ser mejor persona, a ponerme en el lugar del otro, a entender que lo mismo que me pasa a mi le puede pasar al otro. Cuando finalmente un ciudadano común como yo, humano y seguramente más solidario que vos; me colaboro con sus veinticinco pesos y te dije: “que Dios te bendiga” lo digo de corazón. Ojala esto te sirva para reflexionar acerca de desarrollar la capacidad de ponerte en el lugar del otro, no todos somos ventajistas, no me interesa robarte veinticinco pesos (de los cuales se que no los pones vos, y tampoco el policía a quien llamaste, sino nosotros mismos con la cantidad de plata que por todos lados nos roban desde diferentes lugares burócratas). Y te respondo la pregunta que me gritaste cuando me fui: ¿Quién sos vos?. No soy la hija de ningún político, ningún gobernante, ningún jefe tuyo para poder sobornarte que me dejes pasar gratis como seguramente lo has vivido; tampoco soy una ventajista de las que se pegan atrás de los autos y cuando se levantan la barrera pasan sin pagar haciéndose los boludos… No! Soy una simple estudiante, trabajadora y esperanzada de que las personas como vos puedan modificar estas conductas para ser mejor persona. Algún día puede pasarte a vos, ojala no! Y no tengas que pasar la vergüenza que me hiciste pasar vos.
Te mando un cuarto de criollitos en la panadería más rica de córdoba, me salió 22 pesos (casi lo que no quisiste perdonarme por olvidarme la billetera). Y Además, Te dejo 50 pesos adentro de la bolsita para que cuando a dos boludos como yo se olviden la billetera también puedas contar con esa plata. A mi si me interesa colaborar con el prójimo, y no tengo problema de poner plata de mi bolsillo para ayudar a los demás. Ser solidario no es dar lo que te sobra Martin, es justamente de tu único alfajor que es tu única merienda poder partirlo a la mitad y que alguien tan hambriento como vos pueda cubrir algo de su necesidad de hambre. Tal vez no hiciste Jardín de Infantes; allí trabajamos la capacidad de compartir. Saludos. BIANCA».