lugar de caminar tres cuadras hasta la verdulería ¿no sería genial salir al balcón, al patio o a la terraza y volver con una planta de lechuga, un ramito de albahaca o unos tomates con gusto de verdad? Armar una huerta lleva dedicación, pero no es necesario contar con un fondo gigante para armar una pequeña en casa.
Un jardín con tierra facilita las cosas, pero no es la única alternativa. Se pueden armar canteros con verduras y aromáticas en maceteros. “Lo importante es que sea un lugar que tenga sol directo”, explica Claudio Leva, paisajista de Devoto Garden. ¿Cómo se empieza? Si se van a usar macetas, hay que hacerles unos agujeritos en la base, para que salga el agua de riego. Después, colocar piedritas para mejorar el drenaje y llenar la maceta con una mezcla de tierra negra, abono y arena hasta un centímetro antes del borde.
Lo ideal son las macetas rectangulares de fibrocemento (0,30 por 1,20 metro), pero si se tiene menos espacio se pueden colocar en jardineras redondas, latas o envases de plástico. Si la huerta se va a armar en el jardín, hay que buscar un rincón en el que el suelo sea lo más plano posible, que mire al Norte.
El segundo paso es decidir qué plantar. En esta época del año se puede plantar lechuga, rúcula, acelga, tomate (común y cherry), pepinos, zuchinis y casi todas las aromáticas. “Separar los cultivos es muy importante”, aconseja Leva. Los canteros se pueden dividir con tablones de madera o dejando hileras de tierra removida. Los cartelitos en las cabeceras de las hileras con el nombre de lo que se plantó y la fecha son útiles.
Cómo plantar también es una cuestión clave. La acelga se planta de semilla directamente en el lugar donde se va a cosechar. Con la lechuga se puede hacer lo mismo o plantarla en una maceta y trasplantarla una vez germinada. Los pepinos, zuchinis y los tomates comunes también hay que trasplantarlos. Para los cherry, lo mejor es comprar los plantines en un vivero y colocarlos en la huerta. Dan tres o cuatro cosechas por temporada. El perejil, como casi todas las aromáticas, se siembra al voleo.
La siembra tiene sus secretos. Hay que hacer un surco, mojar la tierra y colocar las semillas. Para taparlas, conviene usar un rastrillo. Después hay que volver a regar en forma de lluvia. Para trasplantar lo que sembramos en macetas hay que cavar un pequeño pocito en la tierra seca, colocar allí el plantín, tapar moviendo la tierra con las manos y luego apisonándola con los dedos. Una vez trasplantadas, regar con una regadera fina. Y esperar verlas crecer… “A los 40 días ya se puede cosechar las lechugas”, explica el paisajista Andrés Kern. Las demás tardan un promedio de 90 días.
El tomate requiere algunos cuidados extra. Cuando comienzan los primeros fríos, hay que sacar las plantas de la tierra y pasarlas a maceteros. Hay que dejarlas dentro de la casa, en un lugar aireado, todo el invierno.
Una vez que se cosecharon las primeras plantitas, hay que remover la tierra y prepararla para una nueva siembra. “Además, hay que revisar todos los días las plantas para ver si tienen plagas. En una noche babosas y orugas pueden dejarnos sin nada”, aconseja Kern. Lleva tiempo y paciencia, pero los resultados se notan en la mesa.
Claves
* Hay que regar cuando no dé el sol directo sobre las plantas, para que no se quemen.
Siempre tirar el agua sobre la tierra y no sobre las hojas.
* Si se riega con manguera, el chorro no debe ser fuerte.
* Hay que regar suave y despacio para que la tierra no se lave y pierda nutrientes.
* Las verduras de hoja van mejor con riego por aspersión.