Si tomamos los indicadores de cambios por separados, veremos que en algunos de ellos los cambios han resultado satisfactorios a las respuestas de bienestar que el hombre como ser vivo busca en forma permanente, pero en otros casos estos indicadores se han ido desvirtuando en la consecución de valores hasta lograr resultados negativos para el bienestar del hombre y de la sociedad.
Si analizamos el modo de cómo el hombre resuelve sus conflictos, veríamos que hace ochenta años, hubo tres modelos o modos de resolver los conflictos, una parte de la población resolvía sus conflictos a través de la guerra, otra parte de la población resolvía sus conflictos a través de la emigaración y del trabajo y otra parte de la población lograba resolver sus conflictos a través de la piratería. Estos tres indicadores como modo de resolver los conflictos, se han mantenido a través de la historia hasta el presente, lo que nos lleva a concluir que en el sector de la resolución de conflictos, estos vaivenes se siguen dando y ni la Religiones, ni la Ciencia, ni la Política, ni la Educación han podido superar estos problemas por irracionales que nos aparezcan.
Al parecer, en este bloque socio-histórico político, prima nuevamente la agresión y la imposición de la violencia en el modo de resolver los conflictos en nuestra sociedad, a pesar de las luchas por la paz, el dialogo, la participación, la justicia y los logros de las legislaciones no solo nacionales, sino también de acuerdos y compromisos internacionales, hoy escuchamos a un Presidente decir a su pueblo que lo que no se puede por las ideas se lograra con las armas, y los medios nos informan que gran parte de otros conflictos se resuelven con la Piratería.
Ustedes los lectores, seguramente se preguntaran cuál es el problema si nosotros no vivimos en ese país, pero lo que deberíamos suponer es que las tendencias son eso tendencia, y que mas de la mitad de la población sigue la tendencia, por lo que los resultados esperados serán realmente inciertos, tal como lo han planteado algunos modernos investigadores de la sociología.
Hace muy pocos días un muy joven profesor Universitario de Economía, planteaba que la herramienta más importante para transformar la cultura por el momento seria la escuela, y quizá tenga razón, pero esto sucederá solo cuando el gobierno de la Educación se haga un replanteo extremadamente profundo, y la Educación deje de funcionar como aparato del Estado, sujetando al sujeto, interprete a la educación como orientación y ayuda para el desarrollo humano, aplique hipótesis de verdad, comprenda y respete al sujeto que aprende, su cultura y sus circunstancias, tenga dedicación exclusiva y trabaje como una verdadera Pedagogía, dejando de responder a preguntas que nadie le ha hecho, dejando de imponer su arbitrariedad cultural, flexibilizando la aplicación de la violencia simbólica, trabajando en una escuela realista sin simuladores, donde el maestro simula que enseña y el alumno simula que aprende, la simulación simbólica de los procesos y procedimientos de cotidianidad.
Otros indicadores de usos y costumbres, como el sostenimiento de la unión familiar frente a la aparición de familias ensambladas, los cambios avanzan a pasos agigantados hacia el desorden familiar, sin evaluar las tendencias que dichas circunstancias provocan en la prole, en la formación de la personalidad, sus usos y costumbres, obteniendo como resultado, mas desorden familiar, fracaso escolar, embarazo adolescente, síndrome de abandono, situaciones emocionales complicadas, alcoholismo y drogadicción.
El indicador de la cultura o moda alimentaria, también ha sufrido sus transformaciones, ya que en antaño los alimentos eran producidos directa y ecológicamente por quienes los iban a consumir, o sea que iban directamente, sin intermediario del productor al consumidor, a lo que en la actualidad podemos observar la gran cantidad de intermediarios desde la cadena productiva hasta el proceso de consumo o ingestión, muchas veces sin garantías de higiene, de ecología, ni de cadena de frio. Los alimentos sumados al comportamiento resultan determinantes de la conservación de la salud y en definitiva en la vida.
Reflexionar sobre este y otros indicadores, no significa que debamos volver al pasado, sino que deberíamos construir un presente y un futuro más cuidadosamente con espíritu de finizze.
Prof Francisca Josefa Nicolini
DNI 5.002.503