Clínicas y sanatorios privados de la Provincia lanzaron un pedido de auxilio al gobierno de María Eugenia Vidal, al que pidieron que subsidie algunos de los costos para mantenerlos en actividad. Y, en ese marco, denunciaron que la crisis en el sector se ha agudizado en los últimos meses como consecuencia de los bajos aranceles que perciben por los servicios que prestan a la seguridad social y a la medicina prepaga, y por el aumento de los costos de la atención, tales como insumos, tarifas y salarios.
El planteo vino acompañado con una advertencia: según afirmaron, muchos establecimientos “están sumamente endeudados y al borde del cierre”, y en algunas localidades, sobre todo del interior, son la única opción de atención que tienen los bonaerenses cerca de sus hogares.
“El panorama es gravísimo porque las clínicas no fijan sus precios y los costos están liberados. No sabemos cómo vamos a afrontar el aumento salarial a los profesionales de la salud, cuando los aranceles de la seguridad social son bajísimos y no aumentaron en consecuencia”, dijo el vicepresidente de la Federación de Clínicas bonaerense (Fecliba), Osvaldo Jaeggli.
Es que según señaló, la paritaria acordada con la Asociación de Trabajadores de la Sanidad (ATSA), es de un 35 por ciento más una asignación no remunerativa de 2 mil pesos, “mientras que IOMA y PAMI realizaron aumentos de 15 y 10 por ciento”, respectivamente.
Salarios
La federación que agrupa a clínicas y sanatorios de la Provincia puso el foco en el costo de los salarios, que este año fueron aumentados un 35 por ciento en las negociaciones paritarias del sector.