SIN HUMEDALES NO HAY VIDA NI PRODUCCIÓN
El viernes la lluvia nos dio un respiro en medio de la sequía, pero no es más que un espejismo en medio del desierto. La situación continúa siendo crítica.
El país atraviesa uno de los peores y más largos periodos de sequía con graves consecuencias en la salud de las personas y el ambiente. Las imágenes recientes de la laguna de Indio Muerto son una muestra de ello, un lugar para el disfrute de saladillenses y visitantes amantes de la naturaleza, transformado en un paisaje de muerte y desolación: peces agonizando en las charcadas barrosas, tierra desquebrajándose, la vegetación marchita, aves, nutrias y carpinchos huyendo del lugar… otro durísimo golpe a la fauna y flora de los ya castigados humedales de nuestra provincia.
Nos preguntamos entonces, ¿será normal que esto ocurra? ¿Debemos resignarnos sin más? O acaso, ¿podemos preguntarnos por las verdaderas causas y actuar? ¿Qué medidas toman o podrían tomar entonces los gobiernos para revertir esta situación? ¿Está el futuro de la laguna en nuestras manos?
Lo primero es reconocer que esta sequía extrema (que ya lleva casi 3 años), se enmarca en las graves consecuencias de una crisis global disparada por el cambio climático del que el modelo actual de desarrollo y crecimiento ilimitado es responsable. En Argentina, la situación cuenta con un agravante: las consecuencias del desmonte (estamos dentro de los 10 países que más ha
desmontado en los últimos años) y las prácticas agrícolas extensivas impulsadas por el agronegocio (somos el país que más agrotóxicos arrojamos por habitante).
Las consecuencias de este modelo extractivista, que no considera los límites naturales, las sufrimos todos y todas, incluido el mismo agronegocio.
Primero fueron afectados los cultivos de invierno (trigo, avena y cebada), ahora los de primavera y verano (soja y maíz principalmente), y ya el caos llegó también a los pastizales y pasturas impactando sobre la ganadería.
Sin embargo, la mesa de enlace sigue reclamando ayuda para poder seguir haciendo exactamente lo mismo, y desde los distintos gobiernos se siguen proponiendo falsas soluciones como por ejemplo el trigo transgénico resistente a la sequía, que no ataca las causas del problema sino que las agrava, multiplicando la contaminación y la extracción de hasta la última gota de agua. En cuanto al manejo hídrico de la provincia, las noticias no son mejores, el dragado de la cuenca del salado en lugar de favorecer la retención de agua, drena las zonas de humedal favoreciendo la perdida de millones de litros de agua dulce hacia el mar (algo absolutamente inaceptable en estos tiempos y en medio de la crisis climática global ya mencionada). El discurso de transformar a los humedales en tierras productivas para el agronegocio demuestran lo difícil de la situación y la necesidad de un cambio cultural profundo, ya que necesitamos tomar conciencia de que los humedales cumplen un rol esencial para purificar el agua, retenerla y liberarla lentamente, regular el clima y albergar flora y fauna esenciales para la vida y por lo tanto también para la producción. Por lo cual, el grupo ECOS de
Saladillo ha impulsado desde el año 2013 un proyecto para declarar a la laguna de Indio Muerto paisaje natural protegido, al tratarse de un ambiente natural de gran importancia ecológica y recreativa para la región. Sin Humedales no hay vida ni producción.
Este cambio de mentalidad debe incluir también un cambio en el modelo de país que aliente un consumo racional y solidario y dentro de él, un viraje del modelo productivo agrario actual hacia la agroecología, hacia un sistema más armonioso con la naturaleza, que respete y valore sus límites, de base campesina, y chacarera, de abastecimiento local con alimentos sanos y soberanos, de desarrollo local y con cortas distancias de traslado.
Como militantes socioambientales, investigadores y colaboradores del proyecto “Conocer y Cuidar los Humedales (COCUIHUM)” procuramos contagiar nuestras ganas de vivir en un mundo más armonioso con la naturaleza, más justo y solidario, conscientes de que cuantos más seamos, más posibilidades hay de lograrlo y de que nos escuche el poder político y actúe en consecuencia. Decidimos nunca más mirar para otro lado, callarnos la boca y permanecer con los brazos cruzados.
Ojalá que las lluvias nos sigan dando un respiro y fuerzas para lograr la transformación del sistema que nos trajo hasta acá.
ECOS DE SALADILLO
GRUPO COSENSORES
PROYECTO CONOCER Y CUIDAR LOS HUMEDALES (COCUIHUM)
Ecos Saladillo | sin humedales no hay vida ni producción
- Publicidad -