Sin precedentes en Sudamérica, el innovador espectáculo desplegado por la marca japonesa estuvo conformado por 400 drones que siguieron una compleja coreografía de 13 minutos, en los que se resaltaron los aspectos principales del vehículo: su nuevo diseño y el equipamiento de alta tecnología.
La presentación estuvo inspirada en la actitud y la personalidad que son los rasgos inconfundibles del nuevo Nissan Kicks.
Para lograr la sincronización de los drones y que el show saliera a la perfección, se realizó una compleja programación que podría compararse a lo que hace un compositor musical que escribe una sinfonía: cada dron contó con una “partitura” propia, un plan de vuelo específico que consistió en determinar su posición exacta dentro de la armonía general de la composición.
A su vez, cada uno de los drones funcionó como si fuera un píxel, cambiando de color para armar las distintas imágenes que se fueron dibujando sobre la noche de San Pablo. El espacio máximo que llegaron a ocupar en vuelo fue de 200 metros de largo por 100 de alto y 100 de profundidad, convirtiéndolo en lo que se podría describir como la pantalla más grande del mundo. Además, todas las figuras fueron ejecutadas a unos 120 metros del suelo, dándole gran visibilidad a distancia para todos aquellos que circulaban por las inmediaciones, y resultando una platea exclusiva para quienes habitan los modernos rascacielos que rodean la zona.