El escenario general expone que la necesidad de profesionales de las carreras estratégicas, entre las que se encuentran las carreras de la FIO de acuerdo con el Ministerio de Educación nacional, puede traccionar la elección académica. Pero también lo hacen los estímulos que, en el caso de la casa de altos estudios, tienen una planificación de largo plazo, con resultados más que positivos. El prestigio que se respalda en 50 años de historia, la salida laboral asegurada, la carta de presentación de una ciudad cercana y accesible; también las actividades puestas al servicio de aproximadamente medio millar de adolescentes que pasan por Ingeniería mientras atraviesan sus últimos años de secundaria, tienen su peso.
Las tareas de promoción que acercan la oferta al resto de la provincia, el servicio de orientación vocacional que impulsa a jóvenes a descubrir su mejor proyecto de vida en relación a sus preferencias, o las “24 horas de innovación FIO” son, actualmente, parte de una estrategia clave en el nexo entre la escuela y la universidad.
La difusión de las carreras
El año pasado, entre ferias universitarias, visitas guiadas a laboratorios de la FIO y charlas en escuelas de la región, el área de Promoción llegó a más de 5 mil jóvenes de Olavarría, Azul, Necochea, Tandil, Bolívar, Lobería, Cacharí, La Plata, Daireaux, Gonzales Chaves, Benito Juárez o Laprida. “Lo primero que les interesa cuando averiguan por las carreras es saber si estudiar Ingeniería es difícil”, sostiene la ingeniera Gabriela Únzaga, responsable de Promoción. “Lo segundo, si tiene algún costo. Que no lo tiene porque es pública”, señala.
Únzaga cuenta que “siempre les digo que la carrera la hace uno. A pesar de lo que se cree, Ingeniería no tiene más complejidad que cualquier otra carrera, sino que está sumamente vinculada con las vocaciones de cada persona”, asegura, y remarca: “Lo más importante es que independientemente de lo que elijan para su futuro, sigan con su vida diaria, con lo que les gusta, y que luego la vida universitaria diversifica eso. El grupo de estudio termina siendo un grupo de amigos, se hacen actividades deportivas, culturales, intercambios a otros países, congresos”, repasa, “eso también es un factor de atracción”.
Conocer a la juventud
Una de las tareas más complejas que realiza la Facultad, es adentrarse en la complejidad de la adolescencia y sus proyectos de futuro, por un lado mientras cursan el último año de secundaria, a través del servicio de Orientación Vocacional, y luego, cuando ingresan a la FIO, durante el Programa de Ingreso. Estos espacios están dirigidos por la trabajadora social María Inés Berrino y la psicopedagoga Florencia Bellomo, y la información colectada siempre sirve como fotografía del presente.
Por ejemplo, de acuerdo con el Informe de Relevamiento Vocacional 2018 de la FIO, a diferencia de otras regiones del país, Olavarría muestra una mayor tendencia a la elección de carreras tecnológicas, que en el resto del país. En términos universitarios, Ingeniería en todas sus ramas, destaca por su perfil técnico, y aparece como una de las opciones académicas del espectro.
Pero ¿qué es lo que influye finalmente en la elección de los y las ingresantes de la Facultad de Ingeniería? La principal influencia, en opinión de Berrino, es la familia y entorno, especialmente si alguno de sus integrantes pasó previamente por la casa de altos estudios. Hermanos, hijos, primos, sobrinos, no es difícil encontrar a jóvenes que han comenzado inspirados por profesionales de la familia, y en segunda instancia por la calidad académica y prestigio de la Facultad.
A su vez hay docentes que egresaron de la FIO y dentro de las aulas de la escuela media son una inspiración. “Acercan a sus estudiantes a la Facultad de Ingeniería a través de los talleres de Orientación Vocacional que se dan durante el año, los certámenes de 24 horas de innovación, la Semana de la Ciencia e incluso pueden solicitar charlas sobre las carreras al área de Promoción”, repasó Berrino.
Un día de Ingeniería
Las “24 horas de innovación FIO” son, como el nombre lo refiere, las jornadas más disruptivas de la Facultad. Inspiradas en el certamen internacional del mismo nombre, tres veces al año, cerca de 150 adolescentes de los dos últimos años de secundaria por edición, pasan un día completo en el Complejo Universitario de Olavarría, resolviendo desafíos reales, propuestos por organismos públicos y empresas.
El Centro de Desarrollo Emprendedor e Innovación (CDEI), organizador de las jornadas, estima que al menos un 10 por ciento de las personas que este 2019 iniciaron el Programa de Ingreso, visitaron la FIO durante las “24 horas”. Como espíritu general, estas actividades apuntan a exponer que “la formación es más que el conocimiento”, en palabras de Marcos Lavandera, director del CDEI.
Lavandera afirma que las competencias para estudiar ingeniería se dividen en tres: “conocimiento, habilidades y aptitudes. En la mayoría de los casos las falencias se dan en las últimas dos, y eso es lo que trabajamos, en resaltar cuáles son las habilidades y aptitudes de cada joven, porque el conocimiento en última instancia se construye”, aclara. “La idea es que puedan ver la esencia de la ingeniería, que se trata de resolver situaciones de la vida cotidiana, aplicando conocimientos, y lo más importante, que vean los laboratorios, nuestras aulas como un lugar de aproximación”, concluyó el ingeniero.
La influencia de lo macro
Tiempo atrás hubo políticas públicas traducidas en programas puestos al servicio de acrecentar el número de profesionales de la ingeniería entre la población, tales como el Plan Estratégico para la Formación de Ingenieros 2020 o las Becas Delta G para estudiantes avanzados, de la Secretaría de Políticas Universitarias. La gran parte de las estrategias ahora, están en manos de las Universidades y sus Facultades.
Tras pasar un año especial con el Centenario de la Reforma Universitaria que se conmemorara en el 2018, y con planes de celebrar este 2019 los 50 años de la Facultad de Ingeniería en Olavarría, el decano Marcelo Spina no deja de repetirle a cada estudiante que llega a la institución, que la educación universitaria es, por sobre todas las cosas, un derecho constitucional. “Los programas que tenemos, y todo el tiempo actualizamos, hacen a la igualdad de condiciones, a la inclusión, a la posibilidad de evitar el retraso en el estudio, incluso se han cuadruplicado las comisiones de las materias de primer año, para apuntar a una mejor relación entre estudiante y docente”.
Spina es optimista, entiende que el récord de este año marca un punto de inflexión que obliga a la institución a enfrentar más desafíos en permanencia y graduación, pero confía además que el escenario general acompañará el camino, ya que pide a gritos por más científicos, tecnólogos, ingenieros y profesionales que sigan el ritmo de los saltos tecnológicos.