En este articulo, vengo a reflexionar acerca de cómo afecta el bajo autoestima en las relaciones e interacciones sociales. Esta cualidad expresada desde muchas posturas de desesperanza, está presente en muchas personas y tiene consecuencias personales y sociales.
El nivel de autoestima es siempre un elemento variable a lo largo de nuestras vidas, en cada ser humano, especialmente en la etapa adolescente y pre-adultez, es decir, el nivel de amor propio que sentimos y el valor que nos atribuimos, no se define en una línea equitativa e inflexible. La autoestima es algo muy importante en nuestro desarrollo personal, porque genera bienestar emocional, por esta razón, conviene prestar mucha atención a aquellos indicios que indican que no nos “queremos” tanto como merecemos.
Por medio de la autoestima se toma conciencia de la importancia que nos brindamos a nosotros mismos, ya que esta relación es el pilar del vínculo que se genera con los demás.
Características principales de las personas con baja autoestima
La baja autoestima facilita en ciertos casos, la aparición de muchos trastornos y problemas psicológicos.
Las características más habituales de quienes poseen la autoestima baja son:
- Ser indecisos/as, para tomar decisiones, se tiene miedo exagerando a la equivocación. Se toma una decisión cuando se está completamente seguro de ello.
- Pensar que no se puede, que es difícil desarrollarlo, que no se va a conseguir.
- No valorarse, ni talentos ni posibilidades. Ven a estos minimizados, en cambio los de los demás se ven grandes e incluso exagerados.
- Se tiene miedo a lo nuevo y se evitan los riesgos.
- Ser muy ansiosos/as y nerviosos/as, lo que lleva a evitar situaciones que dan angustia y temor.
- Ser muy pasivos/as a la hora de relacionarse, evitan tomar la iniciativa.
- Ser tímidos/as y casi no tener amigos.
- Poca motivación a la hora de compartir con otras personas sus sentimientos.
- Evitar participar en las actividades en los que se deban de exponer ante el público.
- Temen hablar con otras personas de cualquier tema, se sienten continuamente evaluados/as.
- Dependen de otras personas para hacer sus tareas o realizar cualquier actividad. Esto se ve frecuentemente, relacionándolo a la motivación que se les debe de brindar y la cual es escasa en ellos.
- Se dan por vencido/as antes de realizar o iniciar cualquier actividad.
- No están satisfecho/as consigo mismos/as, piensan que no hacen nada bien.
- No conocen sus emociones, por lo que no pueden expresarlas.
- Debido a que no tienen valor propio, les cuesta aceptar que los/as critiquen.
- Les cuesta reconocer cuando se equivocan.
- No se preocupan por su estado de salud.
- Son pesimistas, creen que todo les saldrá mal.
- Creen que son personas poco interesantes.
- Entienden que causan mala impresión en los demás.
- Sienten que no controlan su vida.
- Les cuesta obtener sus metas.
(Información brindada por Ana Bastida de Miguel, Licenciada en Psicología)
Hay que dejar en claro, que, las personas con baja autoestima son hipercríticas consigo mismas porque exageran sus defectos e ignoran sus virtudes. Desde la perspectiva de alguien que puede analizar estas actitudes, no son conscientes de todo el potencial que tienen como seres humanos únicos e irrepetibles.
Finalizando, cada persona no debe de alimentar la posición existencial de fijarse en exceso en la huella de un fracaso previo, o buscar la seguridad crónica en una zona de confort donde todo resulta previsible pero poco emocionante, ya que solo genera que se pueda proyectar esta inseguridad en el entorno profesional. Estas actitudes llevan a objetivos limitantes y a expresiones como «no tengo suerte» cuando en realidad, cada quien es se condiciona por si mismo, con una actitud negativa ante la realidad.
Por esta razón, para salir de este círculo de negatividad, es muy importante recordar que todo ser humano puede, por medio de su inteligencia, voluntad y creatividad, transformar las circunstancias externas gracias a la capacidad de resiliencia(capacidad que tiene una persona para superar circunstancias traumáticas).
Escrito por: Matías Miguel