Hoy se cumplen siete años de aquel 14 de abril de 2014 en el que se vio por última vez a Marisol Oyhanart con vida. El femicidio movilizó a funcionarios y medios provinciales y nacionales, pero el correr de los años llevó a Saladillo a normalizar la impunidad de la justicia que jamás respondió qué pasó con Marisol, ni quiénes fueron los culpables y cómplices de semejante atrocidad. Cámaras supuestamente adulteradas, funcionarios apartados de la causa y acusaciones por sobornos: ¿Qué más tiene que suceder para sostener el pedido de justicia con vehemencia?
El 14 de abril de 2014 Marisol salió a caminar y, luego de horas sin novedades, su marido radicó la denuncia pertinente. Luego del rastrillaje en una zona cercada, al día siguiente se encontró el cuerpo sin vida de la maestra jardinera en un terreno baldío.
Si bien en principio la fiscal interviniente fue Patricia Hortel, luego fue apartada de la causa y en su lugar tomó el mando de la investigación la Dra. Medina, de la Fiscalía N°1 de La Plata, quien tampoco presentó avances tras varios años de silencio e impunidad.
En Saladillo reina el hermetismo en la justicia, que se jacta de ‘cuidar el avance de la investigación’ para evitar brindar declaraciones públicas sobre una problemática de interés colectivo, que nos afecta a todas las mujeres que padecemos los delitos por cuestiones de género. Y reina también el hermetismo en los funcionarios con responsabilidad en la cuestión, que nunca tuvieron las agallas o el interés de reclamar junto al pueblo por el avance de la causa o al menos por una transparente investigación, como si fuese mucho pedir.
A siete años del último día con vida de Marisol Oyhanart, todavía hay quienes sostienen con vehemencia el pedido de justicia. A siete años del femicidio de Marisol, gritemos más fuerte que nunca: ‘Ni una menos’.
video: C5N