Su velatorio logró reunir y mostrar el flote de todo el arco político nacional en medio de una laguna de oscura dictadura que vivíamos los Argentinos.
Las coronas fúnebres de los dictadores fueron tiradas a la calle, en señal de desprecio y como signo de los tiempos por venir en la Argentina. La muerte de este humilde medico relucía los valores democráticos y las virtudes humanistas en las que había creído y por las que había luchado toda su vida.
El pueblo escoltó los restos del ex presidente al cementerio de la Recoleta hasta el panteón de los caídos en la Revolución del Parque. En ese rincón porteño, reliquia histórica Argentina, descansan en un eterno abrazo radical los caídos de la revolución popular de 1890; Leandro Alem, el gran tribuno intransigente y fundador de la UCR; Hipólito Irigoyen, el eterno caudillo constructor de ciudadanía; y Arturo U. Illia, el medico de la republica, la honestidad sentada en el sillón de Rivadavia.
Sus ideas de democracia social, la probidad en el ejercicio de las responsabilidades públicas, el respeto irrestricto por las libertades cívicas y los derechos humanos, la búsqueda de la igualdad de derechos y oportunidades y el acatamiento espartano al Estado de derecho se siguen escribiendo.
Sus mensajes se siguen escuchando y retumban en la actualidad como enseñanza que atormentan a los políticos millonarios que usan el estado para otros fines.
“La falta de ostentación es fundamental en todo hombre que quiera ejercitar una acción docente de cualquier finalidad… para ser útil hay que ser austero, desinteresado y modesto…
“Una nación esta en peligro cuando su presidente habla todos los días y se cree la persona mas importante de su país “
“Jamás acepten los jóvenes que les cercenen el más importante de los derechos que tiene el ser humano, que es la libertad de pensar.”
Pasaron 33 años de su deceso y la figura de Arturo Illia sigue siendo izada como ejemplo frente a las deudas que aún tenemos como sociedad. Hoy decimos políticos e inmediatamente revolotea la palabra corrupción, pero si decimos Arturo Illia se nos viene Honestidad. Por algo será que la dimensión patriótica de su figura crece al pasar de los años.
Se afilio a la UCR a los 18 años, se recibió de medico y en una entrevista soñada con su líder H. Yrigoyen consigue su primer trabajo como medico ferroviario en Cruz del Eje.
Realiza un viaje por Europa que va a definir su noción de estado. Raúl Alfonsín recordaba la impresión de Illia en su paso por Italia y Alemania, donde observó “cómo las masas podían ser dirigidas, por el temor y la propaganda, hacia donde el gobierno quería”. Por el contrario, sentía marcada admiración por las democracias escandinavas a las que consideraba “sociedades democráticas capaces de transformarse a sí mismas”, en contraposición a “los sistemas autoritarios y violentos que presumían de ser más eficaces y expeditivos, pero eran engañosos y por lo tanto frágiles”.
Aquellas influencias iban a compatibilizar perfectamente con su filosofía de vida krausista, sumadas al conocimiento del interior profundo del país, a su compresión acabada de los postulados ideológicos del radicalismo y el trabajo perseverante de escalador en su carrera política. Supo ocupar todos los cargos partidarios, ser diputado provincial, vicegobernador, diputado nacional y ganar una elección a gobernador. Finalmente se corono siendo presidente de la nación en 1963. El ultimo progresismo materializado en el país y en solo tres años de gestión (63 -66).
Todos conocemos el final y la historia fue testigo que aquel Presidente íntegro y humilde salió de la Casa de Gobierno con las convicciones intactas, el mismo saco y la misma honradez con la que había ingresado.
Nunca se retiro de la política, siguió luchando desde rol de militante que nunca dejo de lado, su propia muerte fue un apretón de manos enérgicas, un estimulo de lucha, un fuerte aire de ideales que finalmente ese mismo año floreció en las urnas y en la recuperación de la democracia para todos los tiempo.
La vida es lucha, el hombre es lucha. Nuestro recuerdo a un guerrero de ideales.
JUVENTUD RADICAL DE SALADILLO