Este fin de semana, fue inaugurada la muestra de Jorge González Perrin en Casa de Susana, Trazar la Mirada en donde convergen la experiencia del dibujo y la pintura. Ambas disciplinas, adquieren en este conjunto la misma condición expositiva. El dibujo, lejos de ser un ejercicio o el armazón de su labor, es tan público como la obra «acabada». El trabajo pre-pictórico sucede en el interior del creador y la estructura del cuadro es el acto mismo de pintar.
Sugiriendo trazos a partir de un movimiento azaroso, Perrin plasma su huella expresiva en un color negro intenso, y luego todo el cuadro parece brotar.
Las marcas producidas nos presentan un caos, no como antítesis del orden, sino un caos que en sí mismo concierne al acto de pintar y al de mirar.
De esta manera, vemos implantarse en el interior del diagrama múltiples posibilidades de interpretación.
Datos del autor y sus obras
Jorge González Perrin nació en 1954 en Puerto Belgrano. Desde muy joven se acerca a la pintura y el dibujo y comienza a formarse en talleres particulares. En la década del 70 comienza la carrera de Letras en la Universidad del Sur, donde inicia su militancia política, impronta que lo impulsará a tomar el espacio público participando con diferentes acciones y a formar, tiempo después, Arte Memoria Colectivo, junto a un grupo de estudiantes y artistas.
En su obra prevalece el compromiso con la vida, la enseñanza, sus colegas y la mística. Muchas de sus relaciones e influencias las adquiere mientras estudia pintura con Carlos Gorriarena y litografía y dibujo con Ernesto Pesce.
En la década del 80 ya es un artista reconocido que participa en numerosas exposiciones colectivas, salones y premios nacionales e internacionales, se abre paso en la docencia y comienza a dictar clases en la Escuela Superior de Bellas Artes Ernesto de la Cárcova (Universidad Nacional de las Artes), tarea que continúa en la actualidad mientras incorpora grupos de estudios particulares.
En los últimos años Jorge deambula entre la geometría y fineza de la línea y el expresionismo abstracto donde manda el color o en este caso el negro, sin embargo él siempre atento a las realidades, evoca en cada obra, o cada serie, cosas que pasan, que le pasan, que nos pasan.
Temas candentes, oscuros, dolorosos, como la tragedia de los desaparecidos, conforman un discurso plástico con referencias más o menos directas. Oculto a veces en una abstracción o velado en un caos que nos pide atención.
A partir de su propia experiencia creó el proyecto Arte Memoria colectivo y desde allí recobran vida los rostros de los desparecidos. Emergen de una cuadricula vibrante y a través de muchas manos se vuelve a armar, a partir de una foto, la cabeza de los que no están.