Gabriel Arisnabarreta, representante del grupo ambientalista Ecos de Saladillo, presentó ‘Plan B’, una publicación artesanal que recopila las propuestas de Ecos desde 2004 al 2020, que se puede conseguir en versión digital o impresa en la feria de La Balanza. Los proyectos están adaptados a la coyuntura actual, problematizándolo con la pandemia, el estado de los ecosistemas de Saladillo y la fumigación sobre chacras habitadas que realizaron ayer.
A propósito de las propuestas, Gabriel admite que “muchas se transformaron en ordenanzas, aunque no son ordenanzas como nosotros las propusimos; otras quedaron en los cajones perdidas, y otras son ideas y propuestas que volvemos a actualizar y presentar. Cuando empezamos a hacer este trabajo de recopilación, lo hicimos relacionando también la pandemia con la destrucción del medioambiente, ecosistemas, con la baja del sistema inmune por la cantidad de agrotóxicos que hay, con los alimentos de mala calidad”.
“Nos pareció interesante volver a juntar la información. Por un lado, nos dio angustia porque con todo lo que se trabajó estaríamos en mejores condiciones, pero la parte positiva es que volvemos a proponerlo actualizado al 2020. Si no cambiamos este plan, y no vamos hacia un plan B, vamos a ir de pandemia en pandemia. Estamos colapsando, esto es evidente; estamos perdiendo biodiversidad”, sumó el representante de Ecos.
Además, Arisnabarreta cuenta que “una de las cuestiones que consideramos más importantes es tener una mirada del sistema en conjunto. Las áreas no tenían conexión una con otra: uno hacía una cosa, otro hacía otra, como si no tuviera nada que ver”, y ejemplificó: “Ayer fumigaron con productos químicos una zona que se había loteado y hay gente viviendo, y además fumigaron con autorización de Ambiente, es decir que desde un lado autorizan a vivir gente y desde el otro autorizan a fumigar. ¿Qué dice Salud? ¿Qué dice Acción Social? Nada, porque no les corresponde. Frente al frigorífico y las chacras que van hacia la Sociedad Rural”.
En lo concreto, Gabriel expresa que “se pidió la formación de un foro participativo con integrantes de entidades intermedias, sociales, socioambientales, medios de comunicación, políticos de todos los colores, para realmente discutir con una combinación de saberes. No se puede enfrentar un problema complejo, como es el que tenemos hoy, sin mirar el sistema en su conjunto”.
“A partir de ahí, rescatar la defensa de nuestros ecosistemas. ¿Qué pasó con Indio Muerto? Un ecosistema vital, de los más importantes de la provincia y de nuestro partido y no lo pudimos defender. Se presentó un proyecto, se movilizó a la gente, pero no hubo acuerdo porque un Municipio es peronista y el otro es radical. El resultado es peces muertos y un sistema vital destruido”, agregó.
Luego, Gabriel hizo hincapié en “el tema de la agroecología, no solamente para prohibir los químicos sino también para que se produzca de otra manera, no se pudo poner en marcha porque a quien estaba al frente de Desarrollo Local, que nunca había practicado la agroecología, le pareció que ‘era una palabra muy fuerte y hace mucho ruido’, ese fue el argumento. No importa el nombre propio porque acá hay un sistema: si no es él, es otro… Hay una forma de pensar que nos ha llevado a esta situación y hay que cambiar”.
Por otro lado, cerró: “Estamos proponiendo, entre otras cosas, un censo actualizado de tierras fiscales, para ver si se puede utilizar para viviendas o para emprendimientos de tipo agroecológico. Pero no viviendas de cualquier tipo, estamos pensando en una construcción colectiva, en viviendas a través de bioconstrucción, en barrios abiertos, que Saladillo mantenga la estructura de ciudad rural y no se vaya en altura… en fin, que se proteja los ecosistemas como patrimonio cultural, como se protegen los monumentos y edificios históricos. No podemos tener salud en un ambiente destruido; si estamos destruyendo el ambiente, tarde o temprano, eso se vuelve contra nosotros”.