¿En cinco segundos es poco lo que se puede hacer en un partido de fútbol?
A Carlos Dantón Seppaquercia, solo le bastaron cinco segundos para anotar el gol más rápido en la historia del fútbol profesional argentino, hecho del que este jueves se cumplen 42 años.
El 18 de marzo de 1979 el delantero argentino jugaba con Gimnasia y Esgrima ante Huracán. Antes de que comenzara el partido, vio cómo el arquero de Huracan, Jesús Osvaldo Borzi, se entretenía con las líneas de cal que marcaban su área chica y estaba adelantado.
“Le dije a mi compañero García Ameijenda, que el portero estaba distraído, que apenas pitara el árbitro, me tocara suavecito la pelota para adelante y ahí le pegué de una”, dijo el exfutbolista a los medios cuando le preguntaron por la veloz gesta.
El balón lanzado desde el medio campo sobrepaso a Borzi que, retrocediendo y con su estirada, hizo mucho más hermosa la única imagen que quedó del registro del gol, ya que no existía la transmisión por televisión.
En la fotografía no salió el autor de la gran gesta sino el sorprendido arquero intentando evitar lo inevitable.
Y aunque el compromiso terminó con empate 1-1, ya que Carlos Babington anotó de penal, Seppaquercia a sus 25 años tuvo su momento de gloria, que para su fortuna duró más que solo cinco segundos.
Para la posteridad y como anécdota quedará que al igual de rápido para anotar el histórico gol, así fue la velocidad con la que se duchó para marcharse del estadio en la ciudad de La Plata.
En medio de las felicitaciones y los abrazos, Seppaquercia supo eludir a sus compañeros para no perder el ‘micro’ que lo llevaba a su casa en Luján. No tenía auto y el colectivo salía cuarenta minutos después del partido, con lo que llegó con lo justo a la terminal.
Y aunque no pudo dormir esa noche después de lo acontecido, cuando su padre le recalcaba entre asombrado y orgulloso con un ¿sabés lo que hiciste?, ni al día siguiente cuando todos los periodistas lo buscaban y era el personaje del momento, siempre afirma que ese gol no le cambió la vida en nada.
Seppaquercia marcó 145 goles en toda su carrera, nueve de ellos en Primera División, pero nunca trató de emular el gol que lo hizo popular, pues no era un ‘9’ clásico sino que jugaba más por afuera.
Se retiró de las canchas a los 31 años cuando militaba en el Deportivo Italiano después de una fractura de codo, tras chocar en un partido de reserva contra Hugo Tocalli, quien atajaba en Quilmes.