Cuando Saladillo pasó a ser «la capital del feedlot» y ante la queja de los vecinos por los olores, moscas, roedores y contaminación del agua que estos emprendimientos provocan, escuchamos muy a menudo de boca de funcionarios y políticos que los feedlots los habían «sorprendido», que no sabían bien de qué se trataba y que cuando quisieron «reaccionar» ya era tarde.
No queremos que suceda lo mismo con los mal llamados biocombustibles y que en poco tiempo pasemos a ser también «la capital de los biocombustibles». Por eso deseamos advertir sobre lo que puede suceder en nuestra zona y en el país si dejamos que las plantas de producción de etanol y biodiesel se multipliquen graciosamente.
Nos oponemos a que se desarrollen plantas de agrocombustibles por lo siguiente:
1- El rendimiento energético de los agrocombustibles es muy bajo y en el caso del etanol directamente negativo, es decir que se gasta más energía en producirlo que la que nos entregará cuando lo utilicemos. Por lo tanto no solucionan la creciente escasez de los hidrocarburos.
2- La competencia que se dará entre alimentos y agrocombustibles por las tierras será y ya es feroz, encareciendo el costo de los alimentos y perjudicando una vez más a los más humildes. Si se quisiera reemplazar sólo el 5 % del actual consumo de petróleo y gas del mundo, se necesitaría disponer del 65% de las tierras dedicadas actualmente a cultivos. No habría forma alguna de alimentar a la población.
3- Está demostrado que, si consideramos todo el proceso de producción, desde la siembra hasta la destilación y luego el transporte hasta el punto de destino, no se contribuye en nada a disminuir los gases de efecto invernadero.
4-La fiebre de los agrocombustibles a nivel mundial por tierras, ha desatado la locura de arrasar con bosques y selvas valiosísimos en servicios ambientales, como por ejemplo, su biodiversidad y la fijación de dióxido de carbono.
5- Es una vuelta de tuerca más del modelo de los agronegocios que favorece tanto a las corporaciones del campo como a las petroleras. Las multinacionales del campo aumentan la venta de agrotóxicos, fertilizantes y semillas transgénicas patentadas para producción energética mientras que las petroleras asociadas ahora también con el agronegocio siguen vendiendo nafta y gas oil mezclado con agrocombustibles, utilizando las mismas instalaciones que tenían: estaciones de servicio, surtidores, plantas de destilación, refinerías, camiones etc.
6- Las plantas de producción de biodiesel tienen un gran impacto ambiental por su alto consumo de agua y la generación de residuos peligrosos como la glicerina (100 kg por cada 1000 kg de biodiesel) y el metanol.
7- La instalación de estas plantas en nuestro partido favorecería la utilización de tierras locales y de partidos vecinos para la siembra de granos destinados a abastecer a estas plantas de agrocombustibles en lugar de producir alimentos.
A pesar de todo esto, el Plan Estratégico Agroalimentario (PEA2) propone en el Capítulo 5, página 115, incrementar en un 317% la producción de agrocombustibles en Argentina y para colmo dedicado a la exportación, agravando así el despoblamiento rural, atentando contra la soberanía alimentaria, fomentando el monocultivo agroexportador y contaminando a los ecosistemas con agrotóxicos y fertilizantes.
Por todas estas razones, nos parece muy grave que ya se estén construyendo y proyectando plantas de biocombustibles en el partido de Saladillo y que además se haya hecho sin ningún tipo de debate político y sin intervención, o por lo menos sin ningún informe público, por parte de la Secretaría de Ambiente Municipal ni de ningún funcionario municipal, ni del Concejo Deliberante y tampoco de ningún diputado provincial.
Creemos que sería mucho más eficiente gastar «energía» en desarrollar la zona libre de agrotóxicos que está totalmente abandonada por el Municipio. Esto permitiría crear muchísimos más puestos de trabajo que las plantas de agrocombustibles, permitiría producir alimentos variados y sanos para vender en nuestra localidad reduciendo drásticamente el consumo de gas oil que implica traer o transportar alimentos desde distancias enormes, favoreceríamos el arraigo rural, reduciríamos la dependencia de combustibles fósiles que tiene el modelo de agricultura actual , ya que necesita enormes cantidades de agrotóxicos y fertilizantes (todos derivados del petróleo) y contribuiríamos a preservar la salud de la población y del ambiente en general. Así podríamos hacer y pensar muchísimas cosas más, siempre y cuando nos atreviéramos a salir de este modelo injusto, desigual, extractivista, de saqueo y contaminación.
ECOS DE SALADILLO
Integrante de la UAC (Unión de Asambleas Ciudadanas) y de RENACE (Red Nacional de Acción Ecologista)
