El cordobés logró popularizar el cuarteto en Buenos Aires. El mes próximo, además, se cumplirán 20 años de su muerte, cuando estaba en la cima de su carrera.
Cuando tenía diez años y escribía canciones a escondidas, para que no les vieran les faltas de ortografía, sólo dos personas sabían que Rodrigo Bueno, el mayor de sus tres hijos, llegaría lejos. Fueron Eduardo “Pichín”, y Beatriz Olave. Y claro, cómo eran sus padres, nadie les creía. Pero el tiempo les dio la razón. Había nacido el 24 de mayo de 1973 y a los 5 años, su padre, que era productor musical en Columbia y BMG, le hizo grabar un disco de canciones infantiles, Disco Baby. A los 12 años, el nene se plantó y no quiso ir más al Colegio Lasalle. Prefirió ayudar a su abuela en el reparto de diarios, a la madre en el kiosco o al padre, en su disquería. Mientras tanto, ensayaba rock en el garaje de su casa con una improvisada banda de amigos, hasta que el grupo Manto Negro lo invitó a subir al escenario y a los 13 años, selló con ellos su ingreso a la industria musical.