Según estudios de la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas (Sedronar) realizados en el 2017, el consumo de sustancias ilícitas y abuso de alcohol en la población entre 12 y 17 años se triplicó con relación a 2010.
Así, en el 2010, 1 de cada 100 niños y adolescentes consumió marihuana. En tanto, en el 2017 lo hicieron 3 de cada 100. “Si bien consumir no implica ser adicto una de las frases más escuchadas cuando inician tratamiento es: ´cuando empecé a consumir nunca imaginé que iba a quedar pegado´”, le cuenta a Clarín la psicóloga Andrea Douer, Directora de la Asociación Civil Grupo Diez, institución que se dedica a la asistencia y prevención de las adicciones,.
Esa institución reveló, además, que el 49% de las personas consultan 10 años después de haber iniciado el consumo; el 43%, de 2 a 10; y el 8% menos de 2.
El dato es relevante, por el efecto que produce el consumo de drogas y alcohol a edades tempranas. “La adolescencia –período que se extiende poco más allá de la segunda década– se caracteriza por cambios profundos a nivel emocional, social y madurativo de los órganos, incluido el cerebro. El consumo de alcohol y marihuana, durante esta etapa, daña al cerebro, precisamente, por no haber concluido su maduración”, explica a Clarín la psiquiatra María Cristina Brió, jefa a cargo del Centro de Salud Mental N° 1 Hugo Rosarios (CESAM N 1).
Según datos de 2017, el abuso de alcohol de niños y adolescentes que consumieron alcohol en el último mes de la investigación, 1 de cada 2 lo hizo de forma abusiva (más de 5 vasos). Además, hay 2.299.598 nuevos consumidores de alcohol en el último año de los cuales 319.994 son preadolescentes y adolescentes.
Algunos efectos del consumo de sustancias o alcohol durante la adolescencia
Según los estudios Neurotherapeuthics en 2015 y Current Psychiatry Rep un año después, entre otros.
Déficit en la velocidad de procesamiento de la información
Déficit en la función ejecutiva que involucra aspectos tan importantes como la organización, planificación de una tarea, autocontrol y memoria de trabajo.
“Estos efectos, cuando son pronunciados, provocan fracasos escolares y dificultades en la relación con el otro por la inadecuada regulación de las emociones”, dice Douer y resalta la responsabilidad que compartimos profesionales de la salud, padres, madres, comunicadores, la sociedad en su conjunto: “Lo ideal sería que no hubiera consumo, pero existe –hoy trabajamos la reducción del daño– cuanto más se retrase el consumo de sustancias en los adolescentes, menos riesgos y posibilidades de generar adicciones y alterar el normal desarrollo cerebral”, enfatiza.
Causas que podrían generar adicción
Según Douer las causas que podrían generan adicción son múltiples, y varían según el caso: “Lo familiar tiene que ver con la naturalización y banalización de los adultos que, de alguna manera, habilitan el consumo de alcohol y marihuana. Hay padres que facilitan las previas (encuentros para tomar o fumar antes de ir a bailar), dicen preferir que sus hijos consuman en casa –no en la calle– buena calidad de alcohol, por ejemplo. Otra causal son los modelos identificatorios: el adolescente observa que los adultos inhiben dolores o insomnio con pastillas (sin prescripción médica). Lo social se advierte en la relación del consumo con el bienestar que sugieren las publicidades, como si el consumo pudiera brindar felicidad. Finalmente, lo más importante, lo individual: el adolescente se siente vulnerable; entonces, si encuentra algo que, mágicamente, le dé seguridad es posible que lo utilice como bastón para afrontar aquello que no puede resolver con recursos propios”.
Con respecto a la marihuana, es importante tener en cuenta que durante los primeros meses de consumo se pueden desencadenar episodios de psicosis –incluyendo primer brote de esquizofrenia– o ataques de pánico en individuos vulnerables a esas patologías”.
Cristina Brió
MEDICA PSIQUIATRA INFANTOJUVENIL
Indicadores que podrían señalar que nuestro hijo o hija consume
Según la psicóloga Andrea Douer
Cambio de grupos de amigos;
Cambio de intereses;
Dificultades en el rendimiento escolar;
Alteraciones del sueño;
Falta de objetos del hogar (se necesita dinero para comprar sustancias o alcohol).
Qué hacer frente a la alarma
Ante la sospecha, se aconseja dialogar sin juzgar. Indagar cuándo y porqué consumen. Comprender que no lo hacen para lastimar a los familiares; el consumo es una alarma que denota problemas. En caso de descubrir que hace falta ayuda, es importante recurrir a la asistencia profesional.
Douer recuerda una sesión de hace pocos días, “¿Por qué la planta de marihuana tiene tanto poder sobre mí?”, se preguntaba la paciente. “El que tiene instalada la adicción ubica afuera un poder que no encuentra en sí mismo. Es nuestra responsabilidad trabajar para que nuestros adolescentes recuperen sus dones y talentos. El arte, el deporte, la creatividad son propuestas interesantes ya que buscan la interioridad, un momento de pausa para sentir, saber quiénes somos, y reflexionar; luego actuar o producir. Ofrecer estos caminos es hacer prevención”. Concluye: “No cualquiera que consume se transforma en adicto pero, tomando en cuenta cuánto afecta, es fundamental la toma de conciencia de los adultos para ofrecer alternativas que alejen a nuestros jóvenes de las drogas y el alcohol”.
Así hay que manejar los alimentos en casa para que sean seguros
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Dónde recurrir (centros públicos)
– Cesam N° 1 Hugo Rosarios, Manuela Pedraza 1558, CABA.
Centro de salud mental del gobierno de la ciudad de Buenos Aires. Se atienden trastornos de salud mental en niños, adolescentes, adultos y tercera edad. Uno de los equipos profesionales trabaja con adicciones.
Teléfono: 011 4702-7489
– SEDRONAR, Sarmiento 546, CABA.
Orientación y derivación a tratamiento de adicciones (drogas y alcohol). Con turno. Lunes a viernes de 9 a 17 hs.
Teléfono: Línea gratuita 141 o 0800-222-1133 las 24 horas / 4320-1211/ 1138 / 1181. Email: [email protected]
– CE.NA.RE.SO, Combate de los Pozos 2133, CABA.
Centro especializado en adicciones. Asistencia – Consultorios externos – Hospital de día. Atención de Lunes a viernes de 9 a 14 hs.
Teléfonos: 4305-0091/0096 Guardia: 4304-5634 Internación: 4304-6248
– DEFENSORÍAS DE MENORES E INCAPACES. MINISTERIO PÚBLICO DE LA NACIÓN, Cerrito 536, Diagonal 1190, CABA.
Interviene en la protección del menor o incapaz ante situaciones de peligro para el o terceras personas. Internación de personas que posean graves problemas de alcohol, drogas o dificultades mentales y no desean voluntariamente someterse a un tratamiento. Atención de Lunes a viernes de 7:30 a 13:30.
– DIRECCIÓN GENERAL DE POLÍTICAS SOCIALES EN ADICCIONES, ASISTENCIA A PERSONAS CON PROBLEMAS DE CONSUMO DE SUSTANCIAS ADICTIVAS, Piedras 1281 PB, oficina 102, CABA.
Los jóvenes con domicilio en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que no tengan obra social, son entrevistados por psicólogos y se le gestionan becas para tratamientos en Centros del Gobierno de la Ciudad u otros con los cuales firmó convenios. Atención de Lunes a viernes 9 a 18 hs.
Teléfono: 4361-6543