Fueron dañados los artefactos biométricos para que los empleados “fichen”. Los gremios estatales aseguran que ellos no fueron y UPCN denunció que se trata de una “maniobra” de la gestión saliente.
El primer día siempre es intenso. Cuando Tristán Bauer llegó al edificio de Avenida Alvear lo esperaba un numeroso grupo de personas con los dedos en V, aplausos, sonrisas y cánticos de “¡Alberto Presidente!” Ese mismo día, ayer, miércoles, se designaron varios funcionarios: Lucrecia Cardoso a la Secretaría de Cultura y Creatividad, Valeria González a Patrimonio Cultural, Maximiliano Uceda a Gestión Cultural y Alejandro Grimson al programa Argentina 2030, entre otros.
Sin embargo, entre videos y fotos y comentarios eufóricos que circulaban en las redes sociales, también hubo quienes denunciaron que acababan de dañarse los controles biométricos. Al apoyar la huella del dedo pulgar o índice sobre estos aparatos es que queda registrada la hora exacta en que el trabajador ingresó y salió del edificio. Algunos rotos, otros arrancados, lo cierto es que esto resulta un problema para la gestión entrante. ¿Quién los rompió y por qué?
Entre museos, subsecretarías y organismos, el ahora Ministerio de Cultura —fue ayer que, bajo el decreto 7/2019, dejó de ser secretaría— cuenta con más de cuarenta sedes. En muchas de ellas no hay control biométrico y los empleados públicos que allí trabajan realizan su fichaje a la vieja usanza: firman planillas. En tres de estos edificios, los más importantes, es que aparecieron rotos los aparatos. Ante la pregunta de quién fue y por qué, nadie se hace cargo.
Desde ATE (Asociación Trabajadores del Estado), le dijeron a Infobae Cultura que “no hay ninguna medida de fuerza” porque “no estamos en conflicto”. Con lo cual, ellos aseguran que no tienen nada que ver con esto. “Todos los compañeros de esos edificios fichan en otro edificio o en una planilla”, agregan. Es decir, que donde los biométricos están dañados, los trabajadores siguen sometiéndose al control de ingreso y egreso sin problema alguno.
Durante esta mañana, la delegación de ATE se reunió con un asesor de Tristán Bauer para avanzar con temas pendientes. Hablaron, por ejemplo, del pago retrasado que tienen algunos contratos financiados por el PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo). “Son veinte contratos de la Casa de la Villa y cincuenta en total. Les pedimos la renovación y que se cumplan los pagos adeudados. Nos dijeron que van a tratar de resolverlo en los próximos días, pero no hay otros temas. No hay un conflicto abierto”, aseguraron.
fuente; infobae