Cuando hablamos de que entre todos tenemos que trabajar juntos con sentido común para lograr los objetivos que nos permitan que el Instituto de Obra Médico Asistencial (IOMA) sea una obra social cada vez más moderna, eficiente y transparente, estamos hablando de poner por delante la salud de los más de 2.500.000 afiliados y, a su vez, permitir a nuestros profesionales un mejor desempeño sin tantas trabas burocráticas.
Y cómo no nos íbamos a poner de acuerdo en actualizar un nomenclador ¡de 1958!, cuando en los últimos años era cada vez mayor la necesidad de poder contemplar aquellas disciplinas o tratamientos que no se cubrían si no eran por trámites de excepción u órdenes judiciales que lo único que lograban era un agravamiento de la situación por la que el paciente atravesaba.
Remarcando. Con este nuevo nomenclador lograremos que sea mayor la cobertura de tratamientos y/o disciplinas, lo que permitirá que: se eviten pérdidas de tiempos y aumenten las oportunidades terapéuticas, haya menos reclamos judiciales –lo que nos permitirá reasignar aquél dinero que se ejecutaba para pagos de reclamos judiciales-, menor burocratización a la hora de buscar alternativas que reconozcan aquellas disciplinas que no estaban contempladas, menor margen del cobro de un plus –cobro indebido- en la atención médica, y mayor resguardo legal para nuestros profesionales.
Lo logrado entre las autoridades de IOMA, entidades médicas, profesionales y todos los actores que tenemos responsabilidades con la salud de los bonaerenses, marca un paso que ya no debe verse como inédito, sino, como un claro compromiso de diálogo continuo que construya los consensos colectivos que nos permitan saldar aquellas deudas sociales pendientes para una Provincia que siga poniéndose de pie y siga mejorando la calidad de vida de cada uno de nuestros vecinos y vecinas.