El Tribunal Oral Federal 1 de La Plata acaba de ordenar la excarcelación de Leonardo Fariña, el ex cerebro financiero del grupo Báez que el viernes pasado declaró durante más de diez horas ante el juez Casanello para dar detalles, nombres y números precisos de lo que calificó como un «plan sistemático» de corrupción para esquilmar cientos de millones de dólares de las arcas estatales.
Fariña estaba preso por una causa de evasión fiscal que ya fue elevada a juicio oral por el juez Ernesto Kreplak, y por eso su destino estaba en manos de los tres magistrados del tribunal oral que lo va a juzgar.
Aunque el tribunal había negado la excarcelación del valijero el miércoles previo a la Semana Santa, cuando estaban a punto de cumplirse dos años de prisión preventiva, su abogada Giselle Robles repitió la solicitud el lunes, cuando Fariña ya se había incorporado al programa de testigos protegidos del mininsterio de Justicia nacional tras su explosiva declaración en la causa de «la ruta del dinero K».
Aunque el motivo para negarle la excarcelación hace un mes fue el supuesto peligro de fuga, ese argumento se había debilitado con la custodia y vigilancia oficial que implica ser testigo protegido. El tribunal oral platense -con dos de los tres jueces miembros de la agrupación kirchnerista Justicia Legítima- no respondió al pedido ayer martes, y todo se retrasó más cuando uno de ellos, Carlos Rozanski, pidió una sorpresiva licencia.
El tribunal se completó ayer con el juez Jorge Michelli, y esta mañana pidió información al ministerio de Justicia respecto de cuáles serían las medidas con las que custodiarían a Fariña si fuera liberado. Aunque desde el organismo no dieron ninguna información a la prensa, esas precisiones viajaron a La Plata pasado el mediodía, y en apariencia fueron lo suficientemente convincentes para que el tribunal aceptara excarcelar a Fariña. Ahora sólo restan las firmas y trámites burocráticos previos a la liberación del ex marido de Karina Jelinek.