Leonardo Roberto Pugliese, un hombre «tranquilo» según sus allegados, pero sumido en una fuerte depresión desde que se separó de su ex esposa, Ana Carina Simeón, profesora de educación física tal como él, hace alrededor de seis meses. Ya no podía soportarlo: Pugliese había hablado entre su círculo íntimo la idea de quitarse la vida.
Pugliese no se la quitaría sin antes quitársela a alguien más. Ayer por la tarde, en la ciudad de Junín, el hombre de 50 años de edad asesinó a mazazos en la cabeza a Ana Carina Simeón, su ex pareja un año más joven que él, en la casa en donde ella vivía sobre la calle Alsina: luego se suicidó ahorcándose con un tiranteen su propia casa sobre la calle Sáenz Peña, la que había compartido junto a Simeón durante varios años.
Simeón y Pugliese habían tenido dos hijas: una de 25, empleada bancaria y otra de 17, que fue quien descubrió el cadáver de su madre. El caso quedó en manos de Sergio Terrón, fiscal a cargo de la UFI Nº5 de Junín.
Profesor de educación física en varias escuelas de la ciudad bonaerense, Pugliese estaba de licencia por un tratamiento psiquiátrico iniciado poco después de su separación y había sido medicado. Sin embargo, seguía trabajando en el club River Plate de Junín. Empleados de esa institución se acercaron ayer a la fiscalía de Terrón, y aportaron datos sobre la inestabilidad emocional de Pugliese. «Presentaba un cuadro depresivo muy marcado», revelaron fuentes de la investigación aInfobae.
Simeón, en cambio, estaba trabajando en varios colegios públicos y tenía una nueva pareja desde hacía tres meses, un reconocido médico juninense que al enterarse de lo ocurrido fue al domicilio de la mujer en la calle Alsina 75, y pudo ver su cuerpo ensangrentado y arrastrado por el suelo.
La Policía halló en la escena del crimen pisadas de zapatillas que, pudo comprobarse luego, coincidían con el calzado de Pugliese.
Según reveló la autopsia, el cadáver de Simeón presentaba al menos cinco heridas en su cabeza con pérdida de masa encefálica y una puñalada en el tórax: el ataque con el cuchillo le perforó el corazón.
Cuando la policía local todavía no había terminado de recolectar pruebas dentro del domicilio de la docente, su ex pareja fue encontrada colgada de una soga tirante en un cuarto de su casa. Sus zapatillas y toda su ropa estaba manchada de sangre. Lo que parecía ser la segunda arma asesina estaba con él: llevaba una navaja manchada con sangre en el bolsillo del pantalón.
Minutos después, muy cerca del lugar, los investigadores dieron con un tercer escenario que reforzó más la hipótesis de un femicidio seguido de suicidio, tal como lo caratularon.
El auto de Pugliese, un Chevrolet Aveo, apareció en la esquina de Belgrano y Betancourt. La Policía Bonaerense encontró en su interior una maza manchada de sangre que sería el elemento con el que golpeó a su ex mujer en la cabeza hasta matarla.
Según indicaron fuentes del expediente a Infobae, hasta el momento no se encontró ningún tipo de carta ni anotación vinculada al suicidio del presunto femicida. Tampoco hubo denuncias previas por violencia de género contra el profesor de educación física.
Este jueves, el fiscal Terrón continuará tomando declaraciones a familiares y allegados de la docente fallecida.