En muchos casos la población sufre los estragos del agua, principalmente en el conurbano, y en el interior bonaerense también se ve afectada la producción agrícola, ya que también los campos se vieron anegados por las precipitaciones. Lo mismo ocurre en varias localidades pampeanas.
Pablo Ginestet, presidente de la Sociedad Rural de Henderson, sostuvo que «las napas con las lluvias vuelven a estar en superficie, en nueve meses llovieron 1.100 milímetros y superamos la media anual de 1.000 el suelo no resiste más lluvias».
«La situación ya era complicada y esto es un desastre. En los campos hay lagunas por todos lados. Hay cortes de rutas rurales, con caminos con 30 centímetros a un metro de agua. Había algo de trigo sembrado, un 30 por ciento de lo que habitualmente se implanta, y seguramente se habrá perdido» .
Muchos usuarios de las redes sociales notaron eso y quisieron expresar su disgusto, entre reclamos e ironías. Otros, simplemente, exponen la preocupante realidad.