Se buscará restringir el tránsito al máximo, se cerrarán los comercios no esenciales y no se podrá salir a correr. Será por dos semanas a partir del miércoles.
El presidente Alberto Fernández, el gobernador bonaerense Axel Kicillof y el jefe de gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta anunciarán finalmente hoy la vuelta a una cuarentena estricta por dos semanas a partir del próximo miércoles 1 de julio en el AMBA, donde la curva de contagios y la ocupación de camas de terapia viene creciendo de manera sostenida. Se buscará restringir el tránsito al máximo, se cerrarán los comercios no esenciales y se suspenderá el permiso para los runners. En cambio, seguirán funcionando los negocios de cercanía, los bancos con turno previo y las salidas de los chicos de fin de semana. Serán todas cosas que se terminarán de pulir por la mañana para luego dar paso al anuncio que, según se rumoreaba, iría grabado.
El Presidente recibió al gobernador y al jefe de gobierno por la tarde y no hubo tiempo para el anuncio que en principio se había pautado para la noche, dada la complejidad de algunas medidas en las que tenían que trabajar. Antes, Fernández había conversado con el ministro de Salud, Ginés González García, y los epidemiólogos que lo asesoran, que habían insistido en la necesidad de ir a una nueva cuarentena todo lo estricta que sea posible, dado el crecimiento que se experimentaba en la ocupación de camas y en la circulación de virus entre personas asintomáticas, un dato que lleva a una aceleración de la curva aún mayor.
El índice de ayer no fue récord pero se mantuvo en los altos números de los últimos días: 2.606 contagios, 1.482 de ellos en la Provincia y 942 en la Ciudad. Además, hubo 34 fallecidos. Con esas preocupaciones, el Presidente recibió a Kicillof y Rodríguez Larreta. «Las tres jurisdicciones han acordado en avanzar en mayores restricciones a la movilidad que permitan una fuerte merma en la circulación. Tal como se viene expresando la decisión a la que se ha arribado tiene como fundamento la evolución de la situación epidemiológica en AMBA, tanto en la multiplicación de casos como en la contagiosidad del virus», informaron en un comunicado ante las versiones que habían comenzado a circular sobre una supuesta falta de acuerdo.
Lo cierto es que Rodríguez Larreta era de la idea de posponer las restricciones. Luego de haber planteado la idea de esperar unas semanas más para ver la respuesta a los últimos controles en el transporte, el jefe de gobierno se había plantado en el 5 de julio como la fecha para la vuelta atrás en la cuarentena. Pero Kicillof insistió en la necesidad de aplicar las medidas cuanto antes, así que las diferencias se zanjaron elegantemente ubicando el inicio a mitad de camino, el miércoles, en coincidencia con el primero de mes, para extenderla hasta el viernes 17 de julio, inclusive.
En la Provincia tienen un cálculo que pone en rojo los días ubicados entre el 16 y el 20 de julio, como el momento en el que se podría saturar el sistema sanitario. Ayer, el porcentaje de ocupación de camas en el AMBA saltó del 52 al 54,1 por ciento, lo que encendió las alarmas. Es otro de los datos que se aceleraron mucho en las últimas semanas y más preocupación genera entre los especialistas.
Por eso se resolvió aplicar varias restricciones, incluso mayores a las que se habían anticipado, pero también sería erróneo considerarlo una vuelta a la fase 1 como la que arrancó el 20 de marzo, dado que entonces no funcionaban los bancos, ni se permitían las salidas de fin de semana de los chicos. En cambio, se volverá atrás con algunas de flexibilizaciones habilitadas en la Ciudad en la última prórroga como la apertura de comercios no esenciales, algo por lo que Rodríguez Larreta había insistido mucho. Pero es evidente que fue uno de los factores principales para el aumento de la circulación en las calles. Tanto por los empleados que viajan a trabajar en los locales, como las personas que se acercan interesadas en comprar algún producto. Kicillof desde el primer momento se mostró en contra de esa flexibilización. Lo mismo en la cuestión de los runners, en lo que había algo más de simbólico que de peligro de circulación del virus. «¿Cómo le dijo a la gente que se quede en la casa si ve en la televisión a los porteños corriendo en las plazas»?, se preguntaba esta semana un intendente del Conurbano.