Una mujer de 30 años permanecía internada en grave estado luego de ser atacada por tres perros de raza ovejero alemán en una playa de la zona de Punta Mogotes, en la ciudad bonaerense de Mar del Plata.
La víctima debió ser operada de emergencia y se constató que uno de sus brazos tenía más de 20 mordeduras.
El ataque se produjo el lunes por la mañana cuando Guadalupe Ferrari salió a caminar por la playa y fue sorprendida por los animales de gran tamaño.
Según relató el padre de la joven, Julio, la víctima «atinó a escapar hacia al mar» para que no la siguieran atacando, mientras era socorrida por personas que corría por el lugar.
«Por suerte dos personas que observaron la situación acudieron a socorrerla y espantaron a los perros», contó el hombre en declaraciones a un medio local.
La joven fue llevada a la Clínica del Niño y de la Madre de Mar del Plata, donde quedó internada en terapia intensiva, mientas que su cuadro era de carácter «reservado».
Según el diario local La Capital, los canes ya habían atacado a otra mujer que corría por la zona en mayo pasado y en la ocasión la víctima sufrió la fractura de uno de sus brazos.
En esa ocasión, se procedió al secuestro de los perros y, luego que se constatara que no sufrían de rabia, se los restituyó a sus dueños tras el pago de una multa y la obligación de que los ejemplares fueran anotados en el registro de animales peligrosos.
También se exigió a los propietarios que se realicen modificaciones en el domicilio para que los ovejeros permanezcan encerrados.
Tras el nuevo ataque, los perros volvieron a ser secuestrados y estaban bajo custodia municipal.
A pesar de que por su importante porte, el ovejero alemán es considerado un animal «potencialmente peligroso», en general la raza es ponderada por su confiabilidad y buen carácter.
«Aunque el pastor alemán tiende a ser un tanto desconfiado con los extraños, no es un perro agresivo por naturaleza. Al contrario, tiende a estar alerta pero no ataca sin razón», indica el sitio especializado «Experimento Animal», aunque advierte que ese carácter siempre está supeditado a la crianza y el adiestramiento.