Un fuerte elogio a los Estados Unidos y el vínculo bilateral y el impacto alcista récord en la Bolsa marcaron este miércoles el inicio de la gestión gubernamental de Jair Bolsonaro. Las relaciones con Washington y el papel que, de ahora en más, cumplirá Brasil en la región, fue el tema principal de la conversación que mantuvo con el canciller norteamericano Mike Pompeo. En nombre de su jefe Donald Trump, el funcionario le transmitió que la Casa blanca “está satisfecha con sus ideas”. Expresó, además, que su gobierno “acompaña con preocupación la grave crisis en que se encuentra Venezuela” y le pidió al flamante presidente brasileño “que coopere activamente con la resolución” de esta cuestión.
El impacto en la Bolsa, a su vez, comenzó a registrarse cuando iba finalizando la mañana. La plaza bursátil de San Pablo había arrancado en baja, pero poco después del mediodía ganaba 3,56% hasta llegar a los 91.012,32 puntos, un récord histórico. El real, a su vez, se reforzaba frente al dólar, que se cotizaba a 3,853 reales, frente a 3,877 del viernes. La razón fue simple: el ministro de Economía Paulo Guedes ratificó que el gobierno buscará una crucial reforma previsional que es ampliamente demandada por los mercados.
No fue ese el único estímulo. Entre las mayores alzas del día estuvieron las acciones de Eletrobras, que se dispararon por encima del 20% luego de que se informara que continuará el proceso de privatización de esa compañía estatal. Por cierto estos anuncios deberán convertirse en proyectos y debatidos en el Parlamento para poder concretarse. Pero la ratificación sirvió para enviar un mensaje consistente a los mercados.
En cuanto al tema regional este asunto ya había aparecido antes con la reunión entre Pompeo y el nuevo jefe del Planalto, Ernesto Araújo, quien manifestó su propia preocupación con la situación de Caracas. Y “reafirmó el compromiso de su gobierno con la estabilidad de América del Sur”. El nuevo canciller le comunicó al colega norteamericano la decisión brasileña de “revocar el Pacto Global sobre Migraciones” de las Naciones Unidas. Y reafirmó “la importancia de Estados Unidos para la inserción internacional de Brasil”. Pompeo le replicó en el mismo tono sobre la “importancia de Brasil” en la política externa norteamericana.
Donald Trump, según relató su propio ministro, le pidió que transmitiera al presidente “sus deseos de éxito”. De acuerdo con el canciller, el jefe de la Casa Blanca “siguió la transmisión del mando por televisión. Y está muy satisfecho con la relación de nuestros dos países que comienza a desarrollarse”.
En el encuentro con Araújo dijo que en esa cita convinieron “en trabajar juntos contra gobiernos autoritarios”. Mencionó específicamente a “Cuba, Venezuela y Nicaragua”. Para Washington, es clave “actuar en forma conjunta para enfrentar los desafíos regionales y globales. Esto incluye el apoyo a los pueblos venezolano, cubano y nicaragüense, para que restauren la democracia y los derechos humanos”. Pompeo dijo que “al venir a Brasil pude testimoniar una transición pacífica del poder. Hay pueblos que no tienen esos derechos”.
Comentó que existe un foro permanente con Brasil y EE.UU. “Será usado por un lado para crear oportunidades para los dos países, pero al mismo tiempo les permitirá actuar contra los gobiernos bolivarianos”. Subrayó que a su juicio lo importante “es trabajar con socios con quienes compartimos lo que pensamos”. El eje es la “troica de la tiranía”, como definió a esos países el consejero de Seguridad Nacional John Bolton, que en noviembre visitó a Bolsonaro en Río de Janeiro.
En un encuentro com la prensa, Pompeo analizó: “Hay países que quieren hacer negocios no por razones comerciales sino por razones políticas. Vamos a mejorar la vida de los pueblos de Brasil y de EE.UU.” Para muchos analistas, no hay ninguna novedad en el hecho de que exista un alineamiento de Brasil con Estados Unidos. “Lo que sí es nuevo es que el gobierno de Bolsonaro se declare abiertamente trumpista” indicaron especialistas en relaciones internacionales de la Fundación Armando Alvarez Penteado.
Dijeron también que “Brasil busca el bilateralismo, con acuerdos de país a país al suponer que esto le traerá mayores ventajas que mantener como están las estructuras del Mercosur”.
Araújo evaluó que “las relaciones bilaterales (con Washington) deben profundizarse a lo largo de los próximos meses, con ideas concretas para trabajar juntos por el bien, por un orden internacional diferentes y con valores económicos”.
En esta nueva etapa que se inició el martes, con la asunción del nuevo jefe de Estado, el canciller juzgó que “se va a garantizar el crecimiento de la economía brasileña y la creación de empleos y oportunidades”. Indicó, también, que “Brasil se ha colocado como un país grande. Un país que debe trabajar a favor de sus valores, de los ideales de su pueblo y su desarrollo económico”.
Bolsonaro sostuvo que “había una larga tradición en Brasil de elegir presidente que por alguna razón eran enemigos. Ahora es todo lo contrario”. Lo cierto es que, en los años de redemocratización del país, los gobiernos sucesivos no tuvieron ninguna clase de confrontación con EE.UU. Por el contrario, recibieron en su momento a Bill Clinton y luego a George Bush y Barack Obama.