Fue una noche histórica para las 200.000 personas que se acercaron al Obelisco y los millones que lo siguieron alrededor del planeta. Fue una noche inolvidable para los 4.000 atletas que, por primera vez en la historia Olímpica Moderna, fueron protagonistas de una ceremonia de apertura fuera de un espacio, abierta al público y gratuita.
Fueron 1 hora y 53 minutos de pura emoción. Una experiencia urbana que celebró el deporte con una mirada inclusiva, participativa y multicultural.
El cielo de Buenos Aires explotó a las 20 horas local con una lluvia de fuegos artificiales que marcó el inicio oficial de la celebración multideportiva más grande de la historia argentina. A continuación, las palmas de centenares de miles de personas fueron el sonido que retumbó en el alma de los grandes protagonistas de los Juegos Olímpicos de la Juventud.
Atletas de los 206 Comités Olímpicos Nacionales que competirán en los Juegos recibieron una gran ovación y fueron la presentación especial para otro de los momentos épicos de la ceremonia de apertura.
Con la entonación del himno nacional argentino, a cargo de la cantante Ángela Torres, un artista camino en vertical con la bandera celeste y blanco bajó de la punta del Obelisco para coronar el izado, en manos de alumnos en formación del Instituto de Prefectura Naval.
Como en cada ceremonia de apertura Olímpica, cada abanderado flameó los colores de su país con un mapping en el Obelisco. Mientras eso sucedía, un escenario móvil llamado “La Globa” se movía por la Avenida 9 de Julio con un DJ, bailarines y cantantes actuando en vivo, en el centro del público.
Y así, sin segundos para respirar, los anillos Olímpicos empezaron a volar por el aire. Y con ellos, obreros del futuro a cargo de su creación.
Acto seguido, el ritmo frenético se mudó de nuevo al Obelisco. Después de que se proyectaron todos los pictogramas de los 32 deportes de Buenos Aires 2018, el monumento histórico se transformó en sede de varias disciplinas.
Sí, hombres y mujeres hicieron atletismo, ciclismo, remo, saltos ornamentales, patinaje de velocidad sobre ruedas y BMX freestyle a 70 metros de altura.
Sí, hombres y mujeres hicieron atletismo, ciclismo, remo, saltos ornamentales, patinaje de velocidad sobre ruedas y BMX freestyle a 70 metros de altura.
Pero la historia continúo. Y mientras otras de las carrozas llevaban a jóvenes haciendo breaking y gimnasia, sonó a lo largo de la Avenida 9 de Julio el himno Olímpico, en la voz de Luna Sujatovich y el mítico compositor argentino Leo Sujatovich en el piano. Al mismo tiempo se izó la bandera que refleja los valores Olímpicos de amistad, respeto y excelencia.
Representantes del deporte argentino que fueron medallistas en las anteriores versiones de los Juegos Olímpicos, entre ellos Braian Toledo y Fernanda Russo, portaron la bandera Olímpica. En nombre de los atletas, Teresa Romairone (campeona mundial de nacra 15), Carlos Retegui (entrenador campeón Olímpico con el seleccionado masculino de hockey en Rio 2016) y Lorena Mac Coll (árbitro de beach handball), tuvieron a su cargo el Juramento Olímpico en el que declararon el respeto de las normas y el espíritu de juego limpio, el compromiso a participar sin dopaje ni trampas, compitiendo por la gloria del deporte, el honor de los equipos y respeto a los principios fundamentales del Olimpismo.
El tango, género musical característico del Río De La Plata, se apoderó del escenario principal en la ceremonia de apertura de la mano de la compañía de Mora Godoy. El Obelisco se convirtió en un bandoneón gigante, y se sumó otro carro que comenzó a recorrer una de las avenidas más anchas del mundo con bailarines que se multiplicaron en los balcones de la 9 de Julio.
En la parte final de esta historia inolvidable, el fuego sagrado inició su recorrido en la última carroza. La antorcha Olímpica iluminó a las miles de personas que siguieron el relevo en movimiento con Pedro Ibarra (campeón Olímpico con el seleccionado masculino de hockey en Rio 2016), Gabriela Sabatini (medalla de plata en los Juegos Olímpicos Seúl 1988), Walter Pérez (medalla dorada en ciclismo en Beijing 2008), Cecilia Carranza (oro en la disciplina nacra 17 de la vela en Rio 2016), Sebastián Crismanich (campeón Olímpico de taekwondo en Londres 2012) y Luciana Aymar (embajadora de Buenos Aires 2018 y cuatro veces medallista Olímpica).
En el anteúltimo capítulo de esta noche de película hablaron Thomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional y Gerardo Werthein, presidente del Comité Organizador Buenos Aires 2018. Con un mensaje orientado hacia los atletas, invitaron a la Argentina y el mundo a disfrutar de la primera celebración Olímpica con igualdad de género. La inauguración oficial quedó en la palabra de Mauricio Macri, presidente de Argentina.
Pasadas de las 21.30 horas, luego que los jóvenes artistas Candelaria Molfese y Fernando Dente cantaran la canción oficial de Buenos Aires 2018 “Alive”, llegó el momento más esperado de cada ceremonia de apertura Olímpica. Pablo Zaffaroni y Celeste D’ Arcangelo, dos jóvenes atletas de la delegación argentina encabezaron el tramo final del relevo.
Los últimos portadores, dos leyendas del deporte local como Paula Pareto y Santiago Lange, ambos campeones Olímpicos, encendieron el pebetero Olímpico y le pusieron broche de oro al Tour de la Antorcha, que recorrió más de 20.000 kilómetros de la geografía argentina, visitando sitios icónicos y llevando el fuego sagrado al fin del mundo en Ushuaia.
Los fuegos artificiales llegaron de color y luces a la 9 de Julio, en un espectáculo visual fabuloso que nació en el corazón de la capital argentina. Bienvenidos a Buenos Aires 2018, una celebración que cambiará para siempre la histórica moderna del Movimiento Olímpico.
Fuente:buenosaires2018