El 26 de junio de 2011 el Millonario empató con Belgrano de Córdoba 1-1 en el Monumental y perdió la categoría por primera vez en su historia.
River Plate sufrió hace 12 años la humillación más grande de su historia: un inimaginable descenso a la segunda división que dejó como certeza que en el fútbol no hay invulnerables.
El 26 de junio de 2011, se consumó en el estadio Monumental de Núñez la catástrofe perfilada cuatro días antes en Córdoba cuando Belgrano le ganó 2-0 como local en el primer partido de la promoción.
El Pirata cordobés llegó a la revancha con la ventaja por los goles de César Mansanelli, de penal, tras una irresponsable mano del defensor paraguayo Adalberto Román, y del «Picante» César Pereyra.
En el Monumental, River se puso 1-0 con tanto de Mariano Pavone a los 5 minutos pero Guillermo Farré abortó con el empate (16m.ST) la recuperación del «Millonario», al que un 2-0 de local le alcanzaba para salvarse por provenir de la categoría superior.
En todo ese proceso pasaron dos presidentes, José María Aguilar y Passarella y siete entrenadores: Simeone, Néstor Gorosito, Leonardo Astrada, Ángel Cappa y Jota Jota López, más los interinos de Gabriel Rodríguez y Jorge «Tapón» Gordillo.
Aguilar y Passarella dividieron en partes iguales el tiempo de gestión y el número de partidos durante el proceso del descenso, pero fue el «Kaiser» junto a otro histórico como Jota Jota los salieron en la foto más vergonzante.
La lista de jugadores que sumaron partidos en esa etapa de frustraciones alcanzó a 84 nombres entre los que se destacan, con más de 50 partidos, Matías Abelairas, Paulo Ferrari, Diego Buonanotte, Matías Almeyda y Alexis Ferrero.
El fatal desenlace deportivo del 26 de junio se hubiera evitado si River ganaba al menos uno de sus últimos siete partidos en el torneo Clausura o de haber terminado igualado en puntos y goles con Belgrano, que accedió a la promoción desde la B Nacional.
Pero tras ganarle a Racing 1-0 en Avellaneda por 12ma. fecha y quedar segundo a tres puntos del líder Vélez, el equipo de Núñez ingresó en una racha condenatoria de cinco empates y cuatro derrotas.
Al éxito en el Cilindro le sucedieron caídas ante All Boys y Boca Juniors, y luego sobrevino un empate con gusto a derrota: el 1-1 con San Lorenzo en el Monumental la noche del increíble error de Juan Pablo Carrizo, a quien se le escurrió de las manos un remate de Jonathan Ferrari ejecutado casi desde la mitad de la cancha.
River ya venía perturbado por el 0-2 en el superclásico en La Bombonera, partido que tuvo un cambio del árbitro: la baja de Héctor Baldassi, y la designación a Patricio Loustau de manera unilateral.
Luego de ese partido, Passarella estalló contra la AFA y su presidente Julio Grondona, a quien le pidió en una reunión de Comité Ejecutivo que diera un paso al costado porque su ciclo estaba cumplido.