“La gente quizás espera que de un día para el otro uno sea el nuevo Oberto”

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24 años recién cumplidos tiene este pivote de Saladillo, que con sus 2.09 metros llamó la atención desde sus comienzos y, poco a poco, se va convirtiendo en una pieza valiosa del presente y futuro nacional. En esta temporada 2015/16 dio un salto de calidad importante, en su juego y mentalidad, que lo muestran como uno de los mejores de Obras en la Liga Nacional y que despertaron los elogios de Sergio Hernández, entrenador de la Selección, quien lo tiene como número puesto para Río 2016.

Su momento en Obras, los cambios y sus motivos, la maduración, el crecer como una promesa en el país, las comparaciones y su sueño con Argentina en los Juegos Olímpicos. Delía se mete en todos los temas en esta nueva edición de “La entrevista de la semana”.

 

-Más allá de la última derrota con San Lorenzo, está claro que el equipo levantó y encara de buena forma esta última parte de la temporada…

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-Sí, sin dudas que antes de esta seguidilla de victorias estábamos en nuestro peor momento, por las derrotas y por lo anímico, se había puesto un poco pesado todo. Pero a pesar de la derrota contra San Lorenzo, que nos dolió y no estuvimos finos, el equipo se recuperó y pudimos revertir aquel mal momento.

 

-¿Qué cambió para generar esta levantada, más allá del regreso clave de Horner y la llegada de Warren?

-Creo que hubo un cambio de actitud y de concentración. Tuvimos una reunión, hablamos y nos dimos cuenta de que teníamos que cambiar un montón de cosas. Además se recuperó Dennis y se sumó Warren, que fueron cuestiones muy positivas. Por ahí pasaron las claves de la recuperación.

 

-¿Qué equipo es Obras? Porque de a ratos parece que puede pelear con todos pero en otros parece muy vulnerable…

-A mi me gustaría que fuera ese equipo que cuando está metido hace muy buenos partidos y puede pelearle a cualquiera. Todavía no logramos hacerlo siempre, a veces no jugamos de la misma manera que en otros partidos y eso es algo que pagamos caro durante toda la temporada. Perdimos partidos que hoy toman un valor impresionante, partidos que los teníamos ganados y los perdimos nosotros. Dependerá de nosotros el equipo que queremos ser, pero tenemos que hacerlo ahora porque se acercan los playoffs, y ahí se pueden cambiar muy pocas cosas.

 

-Uno de sus grandes problemas fue el rendimiento como visitante, y ahora se les vienen cuatro de cinco partidos afuera para cerrar la fase regular. ¿Es un tramo clave para tomar confianza rumbo a los playoffs?

-Sí, estaría bueno ganar la mayor cantidad de partidos posibles y darnos cuenta de que tenemos que ganar de visitante para hacer un buen papel en playoffs. Y mucho pasa por la confianza del equipo. Hace unos días ganamos en Lanús, pero antes de esa la última victoria de visitante había sido en enero. Pasaron muchos partidos en el medio y no nos puede pasar eso, mucho menos en esta etapa.

 

-¿Cuál es el objetivo, para qué pensas que está Obras?

-Elijo pensar que nosotros le podemos pelear a cualquiera, que tenemos material para hacerlo y que cuando jugamos concentrados, demostramos que podemos ganar. Pero tenemos que consolidar esa imagen del equipo, porque si después mostramos nuestra imagen mala, vamos a quedar afuera muy rápido.

 

-¿Qué análisis individual haces de tu temporada?

-En líneas generales es bueno el balance. Yo siento que di un paso adelante en algunas cosas. Por más que no tenga unos números desopilantes, yo me siento más sólido en algunas pequeñas cosas que me hicieron ganar confianza durante la temporada. Me siento mejor que en otros años.

 

-Está claro que hubo un cambio, ¿pero cuáles son esas pequeñas cosas que notás diferentes?

-Tratar de estar más agresivo por ejemplo. El hecho de tratar de volcar más la pelota siempre que pueda, que antes no lo hacía y todavía podría hacerlo un poco más. Es algo que traté de cambiarlo y en algunos partidos lo puedo hacer. Además, tratar de estar un poco más tranquilo y leer mejor lo que necesita el equipo, a veces bajar un cambio, leer y ayudar a un compañero. O incluso comunicarme más con ellos.

 

-¿Qué te hizo cambiar, qué te diste cuenta o qué pasó para llevarte a hacer este cambio?

-Me fui dando cuenta, más que nada cuando fui a la Selección, que había muchos pivotes importantes en otras selecciones y yo necesitaba hacer un cambio. No lo hice ahí en la Selección porque fue todo muy rápido, pero cuando volví y me pude sentar a pensar, me di cuenta que eso era lo que necesitaba.

 

-¿Cómo vivís con las críticas y lo que dicen? Vos marcaste el tema de las volcadas y eso era algo que mucha gente te marcaba. Incluso varias críticas quizás fueron crueles…

-(Piensa) A veces hay críticas que duelen. Estamos en un país donde se critica a Messi, así que después de eso y para abajo puede pasar de todo, ¿qué nos queda a los terrenales? Yo trato de escuchar a la gente que realmente sabe y aconseja, no a la que critica. Trato de hacer oídos sordos. La gente habla por hablar y a veces se descarga, hoy las redes sociales facilitan mucho eso. Cualquiera opina, se comunica con un periodista, dice lo que piensa y se hace público… Pero trato de no mirar eso, sino escuchar a los que saben y aconsejarme bien.

 

-¿Es muy difícil ser una promesa del deporte en Argentina? Incluso a vos se te pusieron muchos rótulos apenas apareciste, nombres de ex jugadores como si fueras su reemplazante.

-Mirá, cuando tenía 18 ó 19 años y me hablaban de eso, yo decía que no pasaba nada y no me afectaba. Hoy, más grande, me doy cuenta de que afecta. Si el día de mañana aparece un jugador alto como yo y todos empiezan a decir “miralo, es la nueva promesa, el futuro tal”, por él me gustaría que no se lo hagan. Uno se forma como el jugador que quiere o puede ser y quizás no cumple con las expectativas de cierta gente, y esa gente después critica de más y termina perjudicando al jugador.

 

-Claro, vos apareciste y muchos dijeron “ahí está el próximo Fabricio Oberto”…

-Tal cual. En ese momento no me daba cuenta, pero hoy me doy cuenta que ahí de algún modo me afectó eso. No me gustaría que se lo hagan a otro chico que aparezca. Pero bueno, eso se da solo porque la gente siempre tiene expectativas, más en un momento de recambio generacional en el que todos esperan que salgan jugadores nuevos.

 

-Se te nota en un gran momento de madurez, más allá de que uno siempre sigue aprendiendo y madurando. ¿Te sentís así?

-Sí. Si me comparo con el Marcos de la temporada pasada veo cosas positivas que me hubieran gustado verlas el año pasado, pero es todo un proceso. Me veo mejor. Pero volviendo a lo de antes, la gente quizás no lo entiende y espera que de un día para el otro uno sea, por ejemplo, el nuevo Oberto. Hay que estar tranquilos y escuchar a la gente que quiere el bien de uno.

 

-El otro día, Sergio Hernández dio una nota y te nombró como uno de los que van a estar en el grupo de Río, además de elogiarte y meterse en el tema de los jugadores altos en el país. ¿Cómo lo tomás?

-Es algo muy lindo. No pasa un día que no piense en los Juegos Olímpicos, y escuchar eso fue muy lindo, como también lo fue el leer cómo describió lo que siente y las cosas que le pasan a un jugador alto, que a veces es todo más difícil en ese sentido.

 

-¿Qué significa saber que estás ante la puerta de un Juego Olímpico?

-Es una mezcla de todo. Primero alegría y felicidad por poder estar, después ansiedad por ir con el equipo y hacer el mejor papel posible. Hay alegría, ganas de disfrutarlo, ansiedad. Pasa de todo…

 

-Son varios los que tienen ansiedad por los Juegos, ¿es muy difícil controlarla? Sobre todo porque todavía tienen responsabilidades con sus equipos…

-Tal cual, es así. Todos los días pienso en eso, pero trato de focalizarme ahora en Obras porque en la Liga si te desconcentras un día, te pasan por arriba. Uno no se puede permitir eso. Pero bueno, a veces es complicado controlar esa ansiedad.

 

-Si bien sos joven, hace varios años que estás en la Selección. ¿Qué se siente y qué fuiste aprendiendo?

-En una sensación muy linda. Estar en la Selección es lo máximo y te pone en una elite del deporte que hay que aprovechar y disfrutar. En cuanto a lo que aprendí, quizás ahora ya estoy acostumbrado, pero lo primero que choca cuando uno llega a la Selección es la forma en que se entrena, la concentración que hay y las ganas de todo el grupo por aprender y mejorar.

 

 

-En esas maneras de llevar el día a día, mucho tienen que ver los dorados con los que compartiste, como Scola y Nocioni. Y este año se suma Ginóbili también. ¿Cómo lo ves e imaginas?

-La verdad es que Luis y Chapu no marcan una diferencia con los jóvenes. Hay una diferencia lógica porque nosotros les tenemos mucho respeto, pero más allá de eso, te integran y forman un verdadero grupo. Yo nunca compartí con Manu, pero debe ser igual a ellos y va a sumar muchísimo. Es un jugador inigualable.

 

-Si bien falta y hay que ver cómo llega cada equipo, ¿cómo imaginás a Argentina para el torneo?

-Argentina siempre es respetada y la veo bien. Que se haya sumado Manu es muy importante. Creo que nos va a ir bien y ojalá tengamos una linda alegría.

 

-¿Qué objetivos tenés para el futuro inmediato y para un poquito más adelante? ¿Te gustaría dar el salto a otra Liga?

-A corto plazo quiero terminar de consolidarme con Obras, que el equipo crezca en los últimos partidos y termine en la mejor ubicación posible. Luego, con la Selección quiero tratar de entrenar y ganarme un buen lugar para Río. Y después, para la próxima temporada no hablé con nadie. Pero si se da la posibilidad, me gustaría probar en otra Liga. Muchos me aconsejaron que lo hiciera porque me iba a hacer crecer mucho.

 

-¿Te sentís capacitado para hacerlo?

-Yo creo que sí. Además, podría aprender otras cosas distintas que sumen mucho. Habrá que evaluar qué es lo que me conviene como jugador.