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Francia esperó 20 años, después de aquella primera Copa en 1998. Trabajó en las bases, potenció y pulió generaciones jóvenes que fueron la estructura de este logro, que es segundo Mundial de la historia del fútbol galo.
Con el jóven Mbappé, de tan sólo 19 años, como la gran figura, más los aportes de un gran equipo que tienen a Griezman y a Pogba como los laderos niño maravilla. Un conjunto aceitado y amoldado por su entrenador Didier Deschamps.
Francia, el fiel ejemplo de un proceso de años, se quedó con el Mundial de Rusia 2018 y hasta Qatar 2022 nadie le quitará ese lugar.
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