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En 2012, Ginobili soltó el comentario sobre el estado físico de Facundo Campazzo, que lo tomó como un impulso para mejorar su alimentación.
«Es la primera vez que veo un jugador de 20 años con panza». La frase, entre broma y consejo, fue soltada por un tal Manu Ginobili durante los Juegos Olímpicos de Londres 2012. El objetivo era Facundo Campazzo, base que hacía su debut en la cita olímpica. Mientras muchos lo hubieran tomado como un chiste entre colegas, él lo utilizó para impulsar un cambio que elevaría su rendimiento al máximo. Al fin y al cabo, venía de uno de los mejores y más responsables deportistas en la historia de la Argentina.
Luego de ser cedido al UCAM Murcia desde el Real Madrid, el cordobés decidió modificar su rutina de alimentación. Sabía que eso iba a ayudarlo a convertirse en un mejor profesional y a sacar diferencias: «Estoy cansado de que me traten de un gordo bajito», le dijo a Paulo Maccari, kinesiólogo del seleccionado argentino y primo hermano de Ginobili, según una entrevista realizada por Infobae. A partir de allí, comenzaron a trabajar en un nuevo plan nutricional basado en pescados, verduras, huevos y grasas beneficiosas como las que otorgan la palta, las nueces y las avellanas. Ese cambio estuvo acompañado de una mejora en sus horas de sueño y un mayor entendimiento de su cuerpo.
Con el tiempo, notó el impacto en su juego. Poco a poco, se transformó en uno de los mejores perimetrales de Europa. Volvió al Real Madrid y se erigió como una de las piezas fundamentales de uno de los equipos más dominantes del Viejo Continente. Y, con la camiseta de la Argentina, tomó la posta de la Generación Dorada para emerger como la nueva cara de un seleccionado que ya obtuvo una medalla de plata en el pasado Mundial de China 2019. Por cosas como estas, Campazzo es un ejemplo perfecto del poder que hay detrás del aprendizaje y del aprovechamiento de los consejos.