La ciencia corrobora la experiencia de algunas atletas, que piensan que esta fase del ciclo menstrual hasta aumenta el rendimiento en ciertas disciplinas
Si siguiésemos a pies juntillas lo que la mal llamada sabiduría popular dice sobre la menstruación, las mujeres no podríamos preparar una mayonesa, cortarnos el pelo o bañarnos en el mar. No sería para tanto en estos casos, pero hay mitos sobre la regla que sí pueden tener un impacto tan perjudicial como innecesario, entre los que destaca el de que no es el mejor momento para hacer deporte; la ciencia apunta a todo lo contrario, y sugiere que la actividad física incluso aumenta el rendimiento físico.
«Solo podría ofrecer alguna limitación relativa en casos de dismenorrea o sangrado abundante que interfirieran con el sobreesfuerzo», aclara la ginecóloga responsable de la unidad de Suelo pélvico del Hospital Universitario Quirón Salud Madrid, Gema García Gálvez. La especialista en ginecología y obstetricia en el Hospital Infanta Leonor de Madrid Eva Soto añade que «es una evidencia que el uso de deporte moderado es beneficioso para la menstruación, el embarazo y la menopausia». Así lo ha revelado recientemente un grupo de investigadores de la Universidad St. Mary’s de Twickenham, en Reino Unido, que los científicos han llevado a cabo en colaboración con la red social para deportistas Strava y la app FitrWoman. Para el 78% de las más de 14.000 mujeres de diferentes países del mundo estudiadas, el ejercicio aliviaba las molestias derivadas del ciclo menstrual.
«La mayoría del dolor menstrual está causado por inflamación y el ejercicio tiene efectos antiinflamatorios a largo plazo (no así a corto plazo). Además, las endorfinas asociadas a la práctica de ejercicio pueden reducir los síntomas y dolores menstruales», explica a BUENAVIDA la investigadora principal del estudio, la doctora Georgie Bruinvels. Eva Soto ahonda en esta cuestión «las rutinas de dieta y ejercicio saludables permiten un nivel hormonal óptimo lo que favorece ciclos menstruales regulares, menstruaciones menos dolorosas y la activación de la vascularización reduce incluso la clásica asociación de varices pélvicas y dismenorreas crónicas».
Pero, ¿cómo de intenso ha de ser el ejercicio? «No encontramos qué deporte concreto ayuda más pero sí comprobamos que tenía que ser de intensidad moderada a intensa. Vimos que el ejercicio tenía efectos positivos si al practicarlo has de respirar muy fuerte pero todavía eres capaz de mantener una conversación», dice Bruinvels. Según el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos, las prácticas deportivas recomendables son «el ejercicio aeróbico, que incluye caminar a paso ligero, correr, montar en bicicleta y nadar», y lo ideal es practicarlos 30 minutos al día, independientemente de la fase del ciclo.
Cuando la regla aumenta el rendimiento deportivo
Una cosa es que el deporte pueda ayudar a disminuir el dolor menstrual y otra muy distinta es que no interfiera de algún modo en la práctica deportiva, especialmente a nivel profesional. ¿Cómo harán las atletas para que la regla no les afecte a sus resultados? Pues la realidad es que la regla tiene muy poco de factor limitante y mucho de superpoder femenino. No solo «el rendimiento físico no se ve afectado por la menstruación sino que el dolor disminuye durante el entrenamiento y la competición», afirman en un estudio científicos de la universidad de Atatürk, en Turquía.
La campeona de España de maratón y subcampeona de España de 3.000 metros obstáculos, Tamara Sanfabio, comparte con nosotros su experiencia personal que va en la línea de este trabajo. «He tenido competiciones en las que he rendido bien estando con la regla o con los síntomas premenstruales (que en ocasiones son casi peores). Pero de forma general, y en mi caso, creo que he competido mejor con la regla en pruebas de resistencia -se refiere al maratón- y peor en otras de las de intensidad -en la época que participaba en los 3.000 metros-«.
Sanfabio cuenta que, si bien es cierto que «hay días que el dolor hace que te cueste ponerte las zapatillas», una vez consigue vencer ese primer momento abrumador «va disminuyendo a medida que pasa el entrenamiento». Otra práctica que ayuda a soportar las molestias es «la meditación, ya que puede ayudar en casos de dolor crónico como la dismenorrea», apunta la ginecóloga Gema García. Y añade: «Si recurrimos a fármacos, los anovulatorios o antiinflamatorios son la elección».
Por otra parte, justo durante los días del periodo en los que se practica ejercicio físico no hay ningún método de higiene íntima mejor que otro. La elección debe hacerse en función de la comodidad de cada mujer «el producto de higiene íntima no difiere del que se use habitualmente en la vida cotidiana, incluso en deporte de impacto, no veo razón para usar uno u otro (tampón, copa menstrual, compresas…)», asevera la experta.
El deporte es beneficioso en todas las etapas de la vida
Igual que la regla, muchas otras situaciones relacionadas con la biología femenina están cargadas de supercherías deportivas. Y sí, también hay que acabar con ellas. Eva Soto recuerda que «durante la gestación es muy recomendable la práctica de ejercicio. Yo suelo recomendar caminar un mínimo de una hora diaria (siempre que no haya contraindicaciones) porque es el ejercicio que más fácilmente puede hacerse desde el principio a final del embarazo. La actividad moderada ayuda a controlar el peso, favorece la aparición de contracciones en las últimas semanas, permite que el feto gane un peso adecuado durante el tercer trimestre…» Eso sí, hay que tener presente que no todas las mujeres pueden mantener la misma intensidad en sus entrenamientos.
Finalmente, «en la menopausia es innegable el efecto beneficioso de la actividad física para evitar osteoporosis, disminuir el riesgo cardiovascular asociado a la pérdida de estrógenos y para compensar con la liberación de endorfinas situaciones emocionales que pueden ponernos en jaque al comienzo de esa nueva etapa».