Las noches de Copa en la Bombonera tienen ese aroma de prestigio inoxidable, ese gustito a gloria pasada que busca recuperarse en este presente inestable. Boca logró su primera victoria en la Libertadores, luego de tres empates: aplastó por 3-1 a Bolívar y se acomodó en el Grupo 3 para encaminar la clasificación a octavos de final.
Empezó atolondrado el equipo de Guillermo Barros Schelotto, que repitió el 4-3-3 que había goleado a Rafaela con Gino Peruzzi en el lateral derecho (por Leonardo Jara), Frank Fabra del otro lado (por Silva) y Nicolás Lodeiro como interior (por Pablo Pérez). Boca tenía la pelota, pero no podía quebrar a la ordenada, pero muy permeable defensa del Bolívar. La más clara la tuvo Tevez a los 25, que tras quedar mano a mano definió por encima del arquero Romel Quiñonez y la pelota dio en el palo. Pero el Apache no adivinó el rebote y no logró empujar al gol.
Y de esa jugada salió una contra que agarró mal parada a toda la defensa de Boca. Gastón Cellerino se escapó solo, pero se fue quedando sin energía: remató de derecha, cruzado y la pelota se fue al lado del palo derecho de Agustín Orion.
Boca insistía: desprolijo, apurado y sin peso en el área; pero prepotente, obstinado y confiado. Apenas cuando los jugadores (y el público) empezaban a impacientarse, apareció Fernando Gago para abrir el marcador y empezar a disfrutar otra vez de una noche de Copa. A los 32, capturó un rebote en el área y de zurda estampó el 1-0.
Boca ya había hecho girar la llave y la puerta del partido se le abría de par en par. Encima apareció Tevez y cerró la primera etapa con una joya de su estilo para el 2-0. Encaró de izquierda a derecha, recorrió 40 metros con la pelota, se metió en el área, enganchó dos veces y definió al primera palo para salir a festejar con un baile en el córner. El partido se empezaba a liquidar.
En el inicio del segundo tiempo, Boca le bajó la persiana al partido. Cristian Pavón tiró una doble pared (primero con Gago y después con Tevez) para habilitar a Federico Carrizo que tocó de zurda para clavar el 3-0 y liquidar a un Bolívar tibio y endeble.
Solo faltaba saber por cuántos goles iba a ganar Boca. Guillermo Barros Schelotto mandó a la cancha a Andrés Chávez, para que marcara su gol. Pero aunque el local generó situaciones claras, no volvió a convertir. Un manotazo en el área de Juan Insaurralde contra Cellerino le permitió a la visita descontar: Juan Callejón, de penal, selló el marcador.